(...) si las lanzaderas tejieran solas y los plectros tocaran sobre las cítaras, los maestros no necesitarían ayudantes ni esclavos los amos. Aristóteles: Política, I capítulo II (De la esclavitud).
Si bien es cierto que la esclavitud en el mundo antiguo formaba parte de una visión social, cultural y económica necesaria, se justificaba sobre todo para liberar a los ciudadanos del fatigoso trabajo en la agricultura, en la construcción o en el servicio doméstico. Una vez liberados de dicha condición, son capaces de ejercer su ciudadanía y emprenden sus actividades políticas en el ágora. No obstante, se contemplaba vagamente otro modelo económico de sociedad que remplazaba al esclavo por la técnica, es decir, por la máquina. Tal es el ejemplo que ilustra la cita de Aristóteles. Sin embargo, ¿por qué no se sirvieron de la tecnología para liberar al Ser Humano de la esclavitud? Esta es una cuestión complicada y extensa, donde juegan distintos factores, tales como, en términos anacrónicos, la ideología chovinista, la religión, la política, la cultura y la ciencia. En estas lineas, por razones de tiempo y extensión me centraré desde el ámbito de la ciencia y la técnica.
Para empezar, cabe considerar que los saberes científicos y tecnológicos del mundo antiguo eran extraordinariamente avanzados. Podríamos hablar de varios descubrimientos en distintas áreas del saber. Así como por ejemplo: Euclides, que sistematizó la geometría; Hiparco, que elaboró un mapa de las constelaciones; Arquímedes y su genio mecánico; Aristarco, que sabía que la tierra giraba alrededor del sol; Eratóstenes, que concibió la tierra como un mundo esférico; Apolonio de Perga, que estudio la parábola y la elipse; Herón de Alejandría, que inventó la primera máquina de vapor y además, escribió el primer libro de robótica de la historia. En otras palabras, los conocimientos científicos y técnicos del mundo antiguo eran suficientes como para diseñar una estructura política, económica y social que alcanzara a satisfacer todas las necesidades que una polis requería, emancipándose los amos de sus esclavos y los esclavos, de sus respectivos amos.
No obstante, que sepamos, ninguno de estos eruditos desafió los supuestos políticos, económicos o religiosos de su época. ¿Por qué? Por un lado, todas las investigaciones que realizaban estaban restringidas para un público privilegiado y minoritario, tal como dice el concepto orteguiano de la técnica del artesano. Es decir, el repertorio de actos técnicos es tan elevado que requiere una especialización, por consiguiente, la difusión del progreso científico y técnico se vuelve privado y limitado para una minoría especializada. Y por otro lado, podemos decir en términos de Carl Sagan: todo el progreso técnico y científico estaba destinado a perfeccionar las armas, reforzar la superstición y a entretener a los reyes.
Finalmente, como consecuencia de la falta de transmisión de conocimientos, esto es, la ausencia de popularización de la ciencia, irremediablemente provoca cierta ruptura y distanciamiento entre la cultura popular y el saber técnico-científico. Luego, el progreso cultural se halla dividido por dos ámbitos que se desplazan a distintas velocidades. Por una parte, en lo que se refiere a la ética y la política, la realidad de los ciudadanos de la polis se estanca en las mismas metáforas, lo que puede explicar que la esclavitud haya sido el motor económico inmutable. Mientras que, por otra parte, en lo que se refiere a la ciencia y a la técnica, dichas metáforas permutan, entendiendo el cosmos radicalmente distinto de la perspectiva tradicional.