Ciencia y Posciencia en América Latina (I)
¿Por qué no se desarrollaron las actividades científico-tecnológicas en los países latinoamericanos, de la misma forma en que lo hicieron en otras áreas geográficas del mundo? Parece evidente que uno de los condicionantes tiene que ver, precisamente, con el legado cultural español y la propia tradición científica de la península ibérica. En este pequeño artículo daremos una primera aproximación a esta circunstancia.
El desarrollo científico también tiene que ver con la propia evolución del Cristianismo y con la forma en que la religión se vivió tanto en España en confrontación a cómo lo hizo en el resto de Europa. Nos referimos a planteamientos que se alejaron, no así en España, de la visión cristiana del mundo que definía un comienzo de todo (la creación) y un fin (el Juicio Final) absoluto.
A partir del siglo XVI la incorporación de los territorios americanos a la Corona de España, separó el curso evolutivo de los reinos ibéricos del resto de Europa. Lo que en un momento fue una entrada ingente de riqueza, se transformó en un problema estructural que terminaría afectando al desarrollo científico de la península ibérica.
Por otro lado, para que la ciencia evolucione se requiere primero una "cultura racional" como lo fue la griega y como se configuró quizá en origen la cultura cristiana, aunque luego evolucionase ésta última en fundamentalismo religioso que negase precisamente la razón. Y en segundo lugar, requiere la existencia de fuertes estímulos sociales que permitan aplicar los avances de la ciencia en aplicaciones prácticas. En este sentido, la industrialización, también pilló a España con el paso cambiado.
El no desarrollo de una cultura científica en América Latina tiene que ver precisamente con el no desarrollo de una cultura científica en la entonces "madre patria" pues no debemos olvidar que antes de su independencia, los países centroamericanos y sudamericanos eran también provincias españolas y así, mientras que en el nacimiento de la revolución científica los países europeos (Italia, Francia, Inglaterra, los Países Bajos y los países germánicos) fueron adoptando el paradigma galiléico, no ocurrió lo mismo con los países ibéricos.
¿Qué ocurrió entre los magníficos siglos XV y XVI españoles y su evidente decadencia en el siglo XVIII, mientras se forjaron también las culturas nacionalistas latinoamericanas y sus procesos de independencia de la metrópolis?
La "conquista" de América trajo para los territorios ibéricos una cultura que algunos estudiosos han llamado el "lingotismo", proceso por el cual España acumuló plata y oro -de fácil extracción en América-, descuidando su propia capacidad agrícola y manufacturera. No lo necesitaba, pues compraba esos bienes a unos vecinos europeos de los cuales dependía cada vez más y que fueron los verdaderos receptores de un oro americano que en España no se quedaba, sino que simplemente se emplea para importar.
Unamos a todo esto la ilusión de pureza de sangre e ideológica de la que han hecho gala durante demasiados años los reyes españoles en sus gobiernos absolutos y la nueva oportunidad perdida que supuso la recuperación de esa ideológica que el franquismo, ciento cincuenta años después, volvió a enarbolar.
En un muy interesante ensayo denominado "Ciencia y Tecnología en el Contexto Sociopolítico de América Latina", Helio Jaguaribe (1971), lo resume así:
"El poder alcanzado por la Inquisición Ibérica, al final del reinado de los reyes católicos, la llevó (a España), más tarde, cuando se modificaron las circunstancias y Europa se enfrentó con una creciente radicalización del conflicto suscitado por la Reforma, a constituirse en una administración dogmática y rígida de ortodoxia tradicionalista y medievalizante. La Inquisición se fijó como objetivo supremo, con total apoyo del Estado, particularmente a partir de Felipe II, la absoluta preservación de la pureza y de la ortodoxia católicas. Se dedicó en el primer momento, a principios del siglo XVI, al implacable combate contra los "Alumbrados", acusados de constituir una versión ibérica del protestantismo, y posteriormente, a una lucha cada vez más abierta y frontal contra el propio erasmismo, fuente de libertad intelectual. De este modo, se verificó, por medio de la Inquisición, una completa inversión de la tendencia modernizante que caracterizaba a la cultura ibérica, en la segunda mitad del siglo XV. Habiendo estado entre los primeros puebles que entraron por el camino de las nuevas ideas y por la superación de varias concepciones aristotélicas, los reinos ibéricos fueron llevados, a partir de mediados del XVI, a un retorno dogmático y medieval que se convirtió en doctrina oficial de aceptación obligatoria. Y ahí se mantuvieron, rígidamente, hasta bien avanzado el siglo XVIII, o sea, precisamente durante todo el período de formación y desarrollo de la ciencia moderna".
Luis Cercós, apuntes para una teoría latinoamerica de restauración, la restauración poscientífica
Buenos Aires, Argentina