Revista Religión

Ciencia y religión: el arte de unir ¿dos ramas opuestas?

Por Miguelangelgc @miguelangelgc

Ciencia y religión: el arte de unir ¿dos ramas opuestas?
Cuando se toca el tema de la ciencia por lo regular lo primero que sale -o intenta- salir sobrando es el aspecto religioso so la condicionante, aparente, de que la aceptación de un Ser Supremo limita, secciona o elimina todo campo de comunión con las explicaciones racionales.
Si bien es cierto que hubo un periodo de tiempo en el cual ambas ramas fueron opuestas -la Ilustración- hoy en día algunas ramas, como la católica, admiten -sí, reformularon sus dogmas o concepciones mitológicas- que tanto teología como ciencia trabajen a la par. 
Cuando el pensamiento y la inquietud del hombre se fue ampliando, pasando el oscurantismo de la Edad Media, éste se enfocó en buscar entender lo que había a su alrededor, le dio vuelo a su curiosidad y se aventuró a investigar. 
La teología medieval entendía las afirmaciones de la Biblia al pie de la letra no admitiendo la posibilidad de que pudiesen existir contradicciones con la razón ya que ambas, en teoría, tienen su origen en el mismo y único Dios. Ante tal disyuntiva la tendencia se mantenía en la concepción de que tenía que prevalecer la verdad de la fe revelada en la Escritura sobre los descubrimientos ya que la primera expresaba la Palabra infalible de Dios. Tal postura llevó consigo diferentes y diversos enfrentamientos frente a los múltiples conocimiento que se fueron dando en el ámbito de la ciencia, con condenas incluidas, en campos como la física, la astronomía versus la exégesis bíblica. Uno de los conflictos principales fue cuando ante la postura bíblica de una Tierra inmóvil y un Sol moviéndose alrededor de ésta fue sustituida dicha concepción, primero en idea y luego por medio de la experimentación, por una cosmología del planeta girando alrededor de la estrella del sistema planetario. El problema de la separación entre ambos campos se debió y fortaleció por el surgimiento de los movimientos de la filosofía moderna que abogaba con una orientación del actuar medular del hombre únicamente con la razón autónoma.Con el paso del tiempo esta misma filosofía llegó a considerar al saber y a la ciencia únicamente posible por medio exclusivamente de la experiencia, de las matemáticas y de las ciencias naturales logrando crear un dualismo entre ambas ramas. Si a lo anterior le sumamos la publicación de Darwin en 1859 sobre su origen de las especies, el creacionismo tradicional –y literal– se vio envuelto en una profunda crisis al transgredir la concepción milenaria del cómo fue formado el ser humano y las demás especies.El evolucionismo brindó los datos para elaborar una teoría científica sobre la misma incluyendo al ser humano como una especie más de la naturaleza y separándolo de una Creación única y exclusiva de un Creador. La idea de la evolución humana le niega a éste su dualidad materia-espíritu sustituyendo a la bina religiosa por un monismo materialista además el modelo evolutivo modificó, en cierta medida, la concepción de la acción de Dios en el Mundo, la finalidad de la creación, la historicidad del relato y sobre todo la creación del hombre a imagen y semejanza de su dios. Fue ya en el siglo XX junto a documentos como la encíclica Divino afflante spiritu de Pío XII y la Constitución Dei Verbum que las afirmaciones bíblicas pasan a ser entendidas en la óptica católica de acuerdo al género literario al que pertenecen y a la intención de los autores sagrados.Los libros de la Escritura son reconocidos, a raíz de tales documentos, no como tratados históricos ni filosóficos o científicos sino como libros que contienen un mensaje revelado que explica la relación del hombre con Dios.De esta manera se entiende, ahora sí, que la ciencia y la fe hablan lenguajes diferentes pero que ambos interpelan en distintas claves de interpretación al ser humano. Así pues se puede y debe resumir que la ciencia busca comprender la naturaleza del mundo material que nos rodea así como el cómo ha llegado a ser como los conocemos y qué leyes le rigen mientras que la religión, el pensamiento religioso, trasciende al mundo material poniendo al hombre en contacto con lo que está más allá.
Bueno, al menos ésa es la postura oficial actual de la Iglesia católica romana en base al uso contemporáneo de la exégesis bíblica no literal.  
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Imagen | Filosofía CCH SurGracias por leer y seguir al bLog de miguE.


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