El Museo de Arte Islámico de Catar se inauguró en el 2008 tras haber ganado terreno al mar con una isla artificial y una arquitectura espectacular. El petróleo favorece que se levanten obras monumentales y se adquieran objetos valiosos para darles contenido. El museo de Doha es una referencia espléndida de una cultura a reivindicar, la árabe islámica.
Al-Andalus fue un hito cultural que no podía faltar. Doha le dedica dos galerías de las dieciocho que forman el museo. Una parte esencial es la científico-técnica. Un astrolabio nazarí de Abu Jafar y la disección del Libro de los secretos de Ibn al-Muradi son los platos fuertes.
El museo catarí exhibe una docena de astrolabios, el nazarí de comienzos del siglo XIV está en árabe pero tiene en latín el zodiaco de la red; el calendario lunar árabe tiene que adaptarse al solar para ser usado.
El Libro de los secretos es un delicioso manuscrito andalusí de inicios del siglo XI que se conserva en Florencia. La empresa que ha dado vida a los artificios de Leonardo ha sido la encargada por Catar de convertir los diseños de Ibn al-Muradi en algo accesible en movimiento. La tradición de autómatas de Ctsibio, Filón, Herón penetró en al-Andalus: Ibn Firnas, Azarquiel e Ibn al-Muradi dan fe.
La belleza de Medina Azara y de la Alhambra están presentes con fuentes, botes, azulejos y su pervivencia bajo dominio cristiano. La geometría domina los diseños.
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