La investigación, publicada hoy
en Nature revela cómo el aumento de la rigidez cerebral
a medida que envejecemos causa la disfunción de las células madre del cerebro. El
equipo de investigación multidisciplinario, con sede en el Wellcome-MRC
Cambridge Stem Cell Institute (Universidad de Cambridge), estudió cerebros de
ratas jóvenes y viejas para comprender el impacto del endurecimiento cerebral
relacionado con la edad en la función de las células progenitoras de
oligodendrocitos (OPC). Para determinar si la pérdida de función en OPC
envejecidos era reversible, los investigadores trasplantaron OPC de ratas
envejecidas en cerebros blandos y esponjosos de animales más jóvenes.
Sorprendentemente, las células cerebrales más antiguas se rejuvenecieron y
comenzaron a comportarse como las células más jóvenes y vigorosas. Para
estudiar esto más a fondo, los investigadores desarrollaron nuevos materiales
en el laboratorio con diversos grados de rigidez, y los utilizaron para crecer
y estudiar las células madre del cerebro de ratas en un entorno controlado. Los
materiales fueron diseñados para tener una suavidad similar a los cerebros
jóvenes o viejos. Lo que fue especialmente interesante fue que cuando las
viejas células cerebrales crecieron sobre el material blando, comenzaron a
funcionar como células jóvenes. Se necesitan tratamientos que pueden retrasar y
prevenir la acumulación de discapacidad con el tiempo. Los descubrimientos del
equipo sobre cómo envejecen las células madre del cerebro y cómo se puede
revertir este proceso tienen implicaciones importantes para el tratamiento
futuro, porque nos brinda un nuevo objetivo para abordar los problemas
asociados con el envejecimiento, incluida la forma de recuperar potencialmente
la función perdida del cerebro.