Son muy malos tiempos para las salas de conciertos, cerradas prácticamente todas y casi sin excepciones desde el pasado 13 de marzo, cuando nos metimos de lleno en esta dichosa pandemia del coronavirus.
Sobrevivir es una tarea de lo más compleja cuando no puedes desarrollar tu actividad, algo sobre lo que está alertando la industria musical de manera constante desde entonces.
Así las cosas, según Onda Cero, la que ya no volverá a abrir sus puestas será la céntrica sala madrileña Joy Eslava, en la que todos hemos visto docenas de actuaciones en sus casi cuarenta años de vida -abrió el 24 de febrero de 1981, justo tras el 23F-.
"El propietario de la sala, Pedro Trapote, ha decidido cerrar sus puertas. Fuentes consultadas por ondacero.es aseguran que el inmenso local se convertirá en próximas fechas en un restaurante-sala de espectáculos. De hecho, las primeras obras para transformar el negocio ya han comenzado", remarca la emisora en su página web.
No hay por ahora ningún tipo de comunicación por parte de la sala al respecto, si bien Pedro Trapote remarcaba a Vanitatis hace tan solo ocho días que esta situación "es la ruina con mayúsculas".
Desde El Mundo, en cualquier caso, se apunta que la sala se cerrará durante un año para acometer una reforma que le permita seguir dando conciertos y funcionando como discoteca, así como abrirse a otras actividades como la restauración con cenas con espectáculo.
Ya en 2016, El Confidencial publicaba que Trapote había decidido poner a la venta Joy Eslava, ubicada en la cotizada calle Arenal, entre la Puerta del Sol y Ópera, con la vista puesta en transformarla en una gran tienda de moda ('flagship') o para restauración.
A falta de que se pronuncie oficialmente la sala, recordemos que el 18 de noviembre salas de toda España desarrollan la iniciativa 'El último concierto', con actuaciones en streaming para recordarnos a todos su situación imposible ante la ausencia de ayudas desde el Gobierno.
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