WASHINGTON (AP) – Donald Trump decidió mezclarse con los miembros de los principales medios a los que le encanta atacar, y su debut presidencial en la cena anual Gridiron de Washington seguramente invitaría a observar atentamente cómo se las arregló.
La gala de corbata blanca es el tipo de evento de establecimiento que Trump ha rechazado desde que asumió el cargo. Pero lo que se suponía que sería una buena costumbre romper el pan entre el presidente y la prensa podría convertirse en un punto álgido si Trump, que ha etiquetado a los reporteros como “noticias falsas” y el “enemigo del pueblo estadounidense”, no puede burlarse de sí mismo. o tomar un azote de la prensa.
“Creo que se encuentra en un lugar potencialmente extraño donde ataca a la prensa de una manera que funciona realmente bien en un mitin pero solo recibe grillos en esa habitación, o se ha pasado los últimos dos años llamando noticias falsas de los periodistas” y luego de repente admite que es solo el acto “, dijo David Litt, ex escritor de discursos del presidente Barack Obama, quien ayudó a escribir muchos de los discursos de comedia de Obama.
En la cena, los periodistas disfrazados realizan parodias de canciones antes de que los políticos de ambos partidos den sus discursos. El lema de The Gridiron – “chamuscar, no quemar” – sugiere que los oradores deberían sentirse libres para empujar y pinchar, pero con cautela. Todos los presidentes desde Grover Cleveland han sido sometidos al menos una vez.
Trump se saltó el evento el año pasado y envió al vicepresidente Mike Pence en su lugar. Trump también dejó de lado la cena de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca. No se sabe si asistirá a esa cena el 28 de abril; su recepción Gridiron podría servir como una prueba.
A pesar de la reputación de Trump de ser notoriamente delgado, Trump se ha sometido a los asados en el pasado.
En el Friar’s Club de la ciudad de Nueva York en 2004, Regis Philbin y otros criticaron al desarrollador de bienes raíces de la ciudad de Nueva York por sus aventuras sexuales y fracasos comerciales. El video del evento muestra a Trump riendo a carcajadas y presentando una refutación que fue el clásico Trump.
Además de agradecer a su esposa y burlarse de la estatura de Philbin, Trump se jactó de su éxito en el desarrollo de casinos en Atlantic City, Nueva Jersey, y afirmó que había atraído a “la multitud más grande que alguna vez tuvieron”.
Siete años más tarde, Trump aceptó ser ridiculizado en un asado de Comedy Central de 2011 que incluía a Snoop Dogg, Seth MacFarlane y Mike “The Situation” Sorrentino. Trump frunció el ceño durante la mayor parte del evento, dijo Ray James, que se desempeñó como escritor principal.
James dijo que era difícil trabajar con Trump, esposar a los escritores, preguntar constantemente si las cosas eran divertidas y cambiar las bromas para aumentar su riqueza.
“No lo entendió, no creía que los chistes fueran graciosos”, dijo James, y agregó que Trump también dejó en claro a los escritores que ciertos temas estaban prohibidos.
“La regla de Donald Trump era: ‘No digas que tengo menos dinero del que digo que tengo'”, le dijo Anthony Jeselnik, el tostador, a Joan Rivers en 2013. “Era como: ‘Búrlese a mis hijos, hagan lo que quieran’. no digas que no tengo tanto dinero “.
El triunfo más cercano de Trump en los últimos años a la dinámica de Gridiron fue la cena de Al Smith en Nueva York durante la campaña de 2016, a la que también asistió la rival presidencial demócrata de Trump, Hillary Clinton.
Trump comenzó inocentemente. Bromeó que el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, DN.Y., solía amar a Trump cuando era demócrata. Se burló de un incidente de plagio que involucró a su esposa.
Pero los comentarios de Trump pronto se convirtieron en amargura e insultos, y los abucheos de los que pronto serían presidentes del presidente acusaron a Clinton de corrupción y odio a los católicos.
Jeff Nussbaum, socio de la firma de redacción de discursos West Wing Writers, que ha trabajado con numerosos políticos para pronunciar discursos para el evento, dijo que el estilo de “insulto cómico” de Trump no es algo que haya sido bien recibido en este tipo de reuniones.
“El humor es un arma increíblemente poderosa. Pero para ejercerla sobre otros, debes demostrar que primero puedes activarla tú mismo. Y eso es algo que el presidente Trump nunca ha demostrado”, dijo Nussbaum.
Robert Lehrman, ex escritor de discursos de Al Gore y profesor de la American University que ha escrito sobre el uso de la comedia en política, señaló el discurso de autocrítica de Sarah Palin en 2009 en el Gridiron, que incluía una broma sobre poder ver la Embajada de Rusia desde su habitación de hotel, como un posible modelo para Trump.
Lehrman advirtió sobre las posibles ramificaciones de una broma que salió mal.
En una cena de Washington Press Club Foundation en 2004, entonces Sen. Jon Corzine, DN.J., comparó compartir un mercado de medios con Schumer para “compartir un plátano con un mono … tomar un poco de él y le arrojará sus propias heces”. La broma enfureció a Schumer, agriando su relación.
“Hay consecuencias que Chris Rock no tiene”, dijo Lehrman.
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