Revista Política

Ciertas reflexiones surgidas en el fragor del combate dialéctico

Publicado el 17 agosto 2017 por José Alfonso Pérez Martínez

Hoy he tenido un debate en facebook con un tipo que defendía las corridas de toros en nombre de la libertad de pensamiento y de costumbres. Yo, al libre pensamiento prefiero el pensamiento crítico, y a la libertad de costumbres las costumbres regidas por la moral. Así que ha habido un interesante debate, que de los toros, como suele pasar en muchas conversaciones, ha pasado a otros temas, como el aborto. Dejo aquí algunas de mis intervenciones:
El discurso protaurino es cavernícola y ultraconservador. Una defensa indecente de un espectáculo cruel que desprecia el dolor de seres sentientes.
¿Torturar a un ser sensible es un buen empleo de la libertad? La libertad debe de tener límites.
Tú dices "persecución cultural de una minoría", yo digo "luchar por conseguir un país que dé menos vergüenza".
Dices "soy libre pensador" pero ser libre pensador no significa querer que no haya discursos morales en el mundo. La moralidad no es contraria a la libertad. Un uso moral, ético, de la libertad, es lo que hace el mundo habitable, soportable.
Debe haber un discurso moral mayoritariamente aceptado socialmente. Una sociedad sin reglas morales es la selva.
Me considero un patriota, a mi manera. Considero que luchar porque el país sea más presentable es mejor que tocarse los huevos mientras tu país se hunde en la vergüenza de las corridas, los toros embolaos o las cabras tiradas desde campanarios.
Los abortistas dicen que las mujeres pueden abortar porque su cuerpo es suyo. Cualquier médico puede decirte, para empezar, que el ser que se está gestando está temporalmente en el cuerpo de la madre, pero no es parte integrante de dicho cuerpo. Entonces ya se empieza con una falacia.
Ciertas reflexiones surgidas en el fragor del combate dialéctico

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