A lo largo de 2018 cuarenta y siete mujeres han sido víctimas mortales de la violencia machista. Es verdad que muere más gente en accidentes de tráfico o como consecuencia de contaminación, pero no son asesinatos premeditados y alevosos cometidos por quienes son o han sido sus parejas.
Un 62% eran españolas, aunque no parece que sea un factor sociocultural el que conforme esa mentalidad asesina porque hay gran variedad propia de nuestro multiculturalismo.
Debe ser algo más profundo que atañe a la condición masculina, por eso se habla de violencia de género. El grupo más numeroso tenía entre 41 y 50 años, eran mujeres maduras y el intento de abandonar parece el detonante por aquello de “si no eres mía no eres de nadie”.
Lo peor es que no tiene visos de solución.