Revista Cultura y Ocio
1. Faja de cerdas o de cadenillas de hierro con puntas, ceñida al cuerpo junto a la carne, que para mortificación usan algunas personas.
2. Saco o vestidura áspera que se usaba antiguamente para la penitencia.
¡Muy buenas amigos!
Cilicio es una sonora y evocadora palabra que proviene del latín cilicium , con el significado original de 'tejido de cerdas de cabra de Cilicia'…
Una etimología esta que casa muy bien con el significado de la primera acepción (faja de cerdas para mortificación), de la cual deriva -ampliando el campo semántico- la segunda acepción (vestidura áspera para la penitencia).
Nos regala nuestra custodio Toyita la siguiente reflexión a propósito de la palabra de hoy:
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Me han regalado unos zapatos de tacón alto, digamos altísimo.
Según la obsequiante “para que te veas elegante”.
Mirándolos los asocio (la mente tiene unas ideas) a aquella época donde los seres humanos usaban cilicio, una prenda de auto-castigo o disciplina personal. Lo usaron pueblos antiguos, plebeyos, reyes, sabios y no tanto. Lo usan hoy algunas órdenes religiosas.
Inicialmente era una tela oscura y áspera tejida con pelo de cabra o de camello, símbolo de profunda tristeza y lamentación.
Hay personas que en un gran duelo visten de negro, se rasuran el cabello o se emborrachan hasta quedar despojados de toda lucidez.
O tal vez elijan elevarse sobre tacones de 20 centímetros y estoicamente caminar por la vida llevando un verdadero cilicio en sus pies.
¿Las mujeres tenemos algo de auto-flagelantes?
Esa es mi duda.
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¡Gracias Toyita! Hoy nos despedimos con el comienzo del poema La cartuja de Rubén Darío:
Este vetusto monasterio ha visto,
secos de orar y pálidos de ayuno,
con el breviario y con el Santo Cristo,
a los callados hijos de San Bruno.
A los que en su existencia solitaria
con la locura de la cruz, y al vuelo
místicamente azul de la plegaria,
fueron a Dios en busca de consuelo.
Mortificaron con las disciplinas
y los cilicios la carne mortal,
y opusieron, orando, las divinas
ansias celestes al furor sexual.
¡Hasta el próximo suplicio! ;-)