Revista Comunicación

Cinco años buscando a la futura madre

Publicado el 21 marzo 2010 por Mike_lee

Recientemente ha concluido en Estados Unidos la emisión de la quinta temporada de Cómo conocí a vuestra madre, una de las comedias de situación más populares de la actualidad, y al poco tiempo de finalizar la serie ha sido renovada para una temporada más.


Con diecisiete capítulos, la quinta entrega de las adanazas en Nueva York de Ted en busca de su futura mujer ha conseguido recuperarse de algunos de los engaños que perjudicaron a la temporada anterior, si bien la situación de los personajes ha cambiado poco o nada respecto al año pasado: Ted sigue desaprovechando oportunidades en su interminable búsqueda, Lily y Marshal dan pequños pasos como pareja, Robin mantiene su trabajo y hace frente a algunas complicaciones y Barney Stinson, bueno, más adelante hablaremos de él.


Como siempre, nos hemos encontrado con capítulos más graciosos que otros (normalmente los más divertidos son los escritos por Carter Bays y Craig Thomas, creadores de la serie), cameos de alguna celebridad, muchas horas en el pub McLaren's, situaciones disparatadas y unos cuantos de los elementos más característicos de esta serie que relacionan unas temporadas con otras: la celebración de Slapsgiving, el chófer Randjid, alusiones al pasado de los personajes, las alitas de pollo que acompañan a la Superbowl o el paraguas amarillo que pertenece a la madre, de quien de momento sólo hemos visto un pie (y van cinco temporadas).


Aun así, al igual que ocurría en ocasiones anteriores, el peso de la serie recae sobre un personaje en cuestión, uno de los más celebrados de las series actuales: Barney Stinson. Debido al estancamiento de sus compañeros de reparto, Barney se ve obligado a mantener la serie casi de manera exclusiva; lo que consigue gracias a su inigualable carisma y al creciente número de leyendas y jugadas que suma, como sucede en esta temporada con The Sexless Innkeeper, The Playbook, sus trajes, sus problemas con el teléfono móvil e incontables ligues, a los que hay que añadir el hilarante espetáculo musical con motivo del capítulo 100 de la serie.

 

Además, un personaje de tanta importancia no funcionaría si no estuviera interpretado por un actor del nivel de Neil Patrick Harris, que progresivamente obtiene el reconocimiento que se merece y roba protagonismo a todo aquel con quien se cruce.

Una vez más, los espectadores hemos podido disfrutar de una temporada entretenida, que supera algunas de las dificultades con las que la serie se ha encontrado anteriormente pero que todavía deambula sin rumbo fijo, lo que probablemente se solucionará cuando el protagonista conozca a la mencionada madre. Hasta entonces, podemos conformarmos con el excepcional Barney Stinson.


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