Los refrescos gaseosos, suelen venir encerrados en latas, botellas y botes bien decorados, que nos seducen sobre todo cuando la sed nos apremia. Pero no olvidemos que la sed, es una señal que envía el cerebro porque nuestro cuerpo necesita hidratarse y el elemento necesario que nos esta demandando es el AGUA.
Teorías a parte, mucha gente se ha acostumbrado a dejar de lado el agua con la creencia de que es “aburrida e insípida”, y necesitan tomar bebidas con sabor dulce tanto para hidratarse entre horas como para acompañar en la comida.
Con este hábito la persona puede estar acumulando no solo calorías de más y aditivos peligrosos, sino exponiendo a su organismo a trastornos metabólicos y riesgos de salud cada vez más evidentes.
Pues bien, las personas que tienen el hábito de consumir este tipo de refrescos, se exponen a diferentes males:
1 – Las bebidas refrescantes azucaradas sólo aportan calorías “vacías” al cuerpo, sin proporcionar ningún nutriente. Por ello, no solo engordan, sino que además aumentan las posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2, debido principalmente al azúcar que contienen y a sus efectos sobre las hormonas.
2 – Incluso, hay estudios que indican que las bebidas o refrescos “diet” que utilizan edulcorantes artificiales, han sido vinculadas a un aumento del apetito y una dificultad para perder o mantener el peso deseado.
3 – La mayoría de refrescos aromatizados, dañan los dientes. Tanto el azúcar como el ácido carbónico que contienen (incluso los edulcorantes artificiales) pueden dañar el esmalte dental, facilitando la aparición de caries.
4 – La mayoría de las bebidas gaseosas en lata contienen fósforo y cafeína, dos agentes que degradan la salud de los huesos del organismo y contribuyen al desarrollo de osteoporosis.
5 – Además hay estudios que vinculan el consumo de latas gaseosas, etc. a enfermedades crónicas del riñón, trastornos metabólicos, la salud cardiaca, el hígado graso y otras enfermedades hepáticas.
Como casi todo, el paladar también se puede educar. Por ello, te animo a que hagas un esfuerzo por replantearte lo que bebes día a día. Tu cuerpo irá agradeciéndote que sustituyas el consumo de gaseosas edulcoradas, latas de refrescos, etc. por otro tipo de bebidas saludables y naturales que te proporcionarán la hidratación y te permitirán que redescubras el placer de tomar una bebida natural.
Por ejemplo puedes probar:
- Zumos de fruta naturales. Es necesario mirar el etiquetado de los bricks ya que pueden añadir muchos azúcares o edulcorantes artificiales. Lo mejor es prepararlos en casa o comprarlos naturales, sobre todo si quieres bajar de peso.
- Te de cualquier tipo: negro, verde, rojo, etc. Han demostrado tener niveles elevados de antioxidantes que protegen al cuerpo.
- Café. Si te gusta el café puedes optar por beberlo de muchas formas, evitando añadir mucho azúcar a tu preparado. Al igual que con el té, puedes elegir productos sin cafeína.
- Leche desnatada. Es buena fuente de calcio pero también tienes que tener en cuenta las calorías que puede aportar a tu dieta.
- Agua aromatizada. Puedes compara agua endulzada con sustancias naturales o vitaminas, además puedes prepararlos en casa añadiendo zumo de limón, mango, uvas, o ramitas de menta. Pruebalo! No se trata de dejar de repente el consumo de todos los refrescos. Tampoco se debe demonizar el consumo de todo tipo de azúcares. Se trata de ser consciente de que cantidad total de azúcar ingerimos al día y de donde procede.
No hay nada malo en disfrutar de un refresco de vez en cuando si llevamos una dieta saludable, pero la hidratación de un cuerpo saludable, está garantizada siempre que consumamos suficiente agua!
¿Necesitas mas razones para cambiar este mal hábito?
Fuente: SyB