La repetición de la final de la pasada campaña centró las miradas de la Europa futbolística y, personalmente, me pareció justísimo el resultado (tampoco he dicho nada que rompa, la verdad) pero ¿por qué?
- Robben: soberbio partido el suyo con el que continúa demostrando su nivel de forma. Abierto hasta la cal en ataque estático permitía no sólo que Lahm le doblara por dentro para zafarse del 2x1 que le planteó Leonardo con Chivu y Cambiasso, sino que dejó mucho espacio para que Müller apareciera también por ahí.
En contraataque, su clásica diagonal con disparo a poco que ve la puerta, pero también centros que no fueron gol por el poco acierto que demostraron sus compañeros.
- Eto’o & Gómez: Los dos delanteros tuvieron una participación, si bien no destacada, sí para que nos paremos a analizarla. El camerunés aparecía por todas las zonas de ataque para dar cierta continuidad a la jugada, siendo el socio perfecto de un Sneijder que no firmó su mejor partido, pero ese desgaste lo pagaba cuando ya estaba dentro del área, le faltaba frescura.
El 33 bávaro fue todo lo contrario, poquísima participación en la elaboración (tampoco era necesario, ya que el centro del campo funcionó a la perfección) Por lo que ‘sólo’ tenía que esperar que el flujo de juego llegara a su zona de influencia. Pero ayer no fue su día. Cierto que sí, anotó el gol por ser el más atento, pero ayer tuvo una noche como para salir por la puerta grande y falló demasiado.
- Maicon & Lucio: Los brasileros de la zaga interista son enormes defensores pero también activos importantes en ataque. Pero ayer no supieron interpretar cómo utilizar esa virtud. El lateral hacía daño cuando ‘aparecía’ en el espacio y el central cuando subía el balón para crear una superioridad. Lo hicieron pero con poco acierto. Lucio conducía casi en cada balón que recuperaba por darle una salida rápida, pero tardaba demasiado en soltar el balón sin contar con que el Bayern se replegó bien. Maicon sí que llegaba desde atrás con bastante sentido, pero también abuso de correr con el balón y las ayudas en el Bayern funcionaron a la perfección.
- Van Gaal vs Leonardo: El neerlandés tendrá muchas cosas, pero es muy transparente: todos sabíamos que iba a tratar de ‘mandar’ en el partido. Organizó un once y un sistema que se lo permitiera. El brasilero ha hecho una gran tarea en el Scudetto, pero había que ver si optaba por morder también en Champions o ‘respetaba’ a unos alemanes mucho más trabajados. Van Gaal le ganó sobradamente la partida, obviamente no lo borró del partido porque hablamos del actual campeón de Europa que conserva ciertos automatismos, pero por los puntos, el Bayern fue mejor que el Inter. Van Gaal supo salir al paso de las pequeñas trampas que le planteó Leonardo en el campo.
- Centro del campo: Soy de los que dice que ahí es donde se deciden los partidos y añado que es donde está la personalidad de los equipos. Ayer fue un clarísimo ejemplo. Sneijder es un canalizador de juego enorme, pero ayer no tenía socios, ni Stankovic (más llegador) ni Motta (destructor) ni Cambiasso (ayer en faenas de ayudas defensivas) ‘tenían tiempo’ para ofrecerse al espacio, crear superioridad en zonas peligrosas o simplemente, estar avanzados. Por suerte para el internacional holandés, y como comentábamos antes, Eto’o bajaba a combinar con él, pero perdiendo la referencia arriba.
Todo lo contario pasaba en el Bayern: Gustavo aparecía por todos los lados, Schweinsteiger enlazaba perfectamente el incio con la conclusión, sin olvidar que no se le caen los anillos en la presión. Las bandas funcionaron (sobre todo Robben) y Müller es pura movilidad y llegada, casi jugando de segunda punta. Vamos, que el Inter no sabía por donde ‘le caían las h*sti*s’.
Rescato de estas claves la acción de Julio César en el gol. Firmó un buen partido y claro que ese error fue lo que al final decantó la balanza (y ya veremos si no cuesta la eliminatoria) pero creo que, con una visión más global del tema, el gol fue fruto de cómo el Bayern ‘cocinó’ el partido.