
Niños en Monasterio de Piedra
Viajar aporta a los niños grandes beneficios para desarrollarse social y emocionalmente.
Comienza el buen tiempo y apetece organizar escapadas para disfrutar del sol y el aire libre. Estos viajes pueden ser en pareja o con amigos, pero, sin duda, quienes lo viven al máximo son los más pequeños. Viajar con niños es posible siempre y cuando adecues el viaje para que ellos lo disfruten tanto como tú. Es importante escoger bien el destino y seguir unos pasos clave que te permitan seguir siendo el trotamundos que siempre has llevado dentro. Demuestra que a pesar del paso de los años y tu nueva vida puedes seguir disfrutando de viajar, porque este es el único gasto que te hace más rico y no puedes permitirte perderlo.
Conscientes del espíritu viajero de muchos padres, el Monasterio de Piedra, enclave singular de la comarca de Calatayud, ha querido recopilar una serie de consejos prácticos para viajar con niños.
Preparar la visita con antelación:
Una buena planificación es clave si quieres viajar con los peques de la casa. Para disfrutar al máximo siempre es bueno tener el viaje organizado, aunque es muy probable que surjan contratiempos así que debes estar abierto a hacer cambios de última hora.
También es recomendable involucrar a tus hijos desde el primer momento. Si el niño es lo suficientemente mayor puedes mostrarle en un mapa a dónde vais, enseñarle fotos de ese lugar para que lo vaya conociendo, explicarle qué cosas se pueden hacer allí, curiosidades, etc.
Una vez en el lugar de destino es recomendable contratar una visita guiada. Así, además de conocer un lugar nuevo, tus hijos podrán aprender de historia, cultura, arte… o cualquiera de las disciplinas que ofrezca la visita.
Alojarse cerca del destino a visitar:
A la hora de buscar alojamiento, siempre es recomendable estar cerca de los lugares que vais a visitar para evitar largos desplazamientos que cansen en exceso a los peques. Por eso, aquellos destinos que ofrezcan alojamiento y un espacio de atracción turística son ideales para estos viajes.
Buscar actividades interesantes para niños:
La aventura favorece a los pequeñajos porque viajar aporta a los niños grandes beneficios para desarrollarse social y emocionalmente, y les genera una nueva actitud ante la vida y hacia los demás. Por eso es importante estimularles con actividades que les puedan resultar interesantes. Por ejemplo, en el Monasterio de Piedra la visita incluye una exhibición de aves rapaces en la que los niños aprenden curiosidades y particularidades sobre las mismas y su importancia para el medio ambiente.
Dar un enfoque cultural a la escapada:
Viajar implica abrir la mente y los más pequeños disfrutan aprendiendo a través de la experiencia. Visitar un castillo antiguo o un templo milenario puede dar pie para que les animemos a buscar información sobre épocas pasadas, anécdotas históricas que sucedieron en ese enclave, cómo se construía en siglos pasados, etc.
En el Monasterio de Piedra, estudiantes de todas las edades tienen oportunidad de ampliar sus conocimientos sobre la arquitectura cisterciense y la vida monacal en el Siglo XIII.
Contar con un espacio abierto:
Los pequeños demandan libertad de movimiento y la naturaleza es el marco ideal para que den rienda suelta a ese torrente de energía. A la hora de planificar tu escapada, busca un tiempo de esparcimiento al aire libre, donde los niños puedan andar con tranquilidad, sin sentirse constreñidos en un espacio cerrado.
El Parque del Monasterio de Piedra es un entorno ideal para una salida al aire libre. A lo largo del recorrido, los niños podrán disfrutar de los saltos de agua, de una amplia variedad de flora a la vez que observan distintos animales.
