Revista Salud y Bienestar
Cinco hospitales andaluces participan en un estudio para probar si existe beneficio al combinar terapia antiangiogénica y hormonal en cancer de mama
Por Fat
La comunidad médica baraja una hipótesis en tumores de mama hormonosensibles: actuar sobre la angiogénesis, -proceso a través del cual el tumor crea vasos sanguíneos que le permiten seguir creciendo-, podría reducir la aparición de resistencias a la terapia hormonal. Probar la eficacia y seguridad de combinar terapia antiagiogénica y hormonal es el objetivo con el cual se pone en marcha el estudio LEA, una investigación pionera a nivel mundial y liderada por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) en la que han participado cinco hospitales andaluces (Reina Sofía, Virgen de la Victoria, Virgen de la Macarena, Ciudad de Jaén y Virgen del Rocío). Este trabajo se ha presentado en una Reunión sobre Cáncer de Mama, celebrada recientemente en Madrid con la colaboración de Roche, y coordinada por los doctores Miguel Martín, del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y presidente de GEICAM, y Ana Lluch, del Hospital Clínico de Valencia y vocal de la Junta Directiva de GEICAM.
Dirigida por los doctores Martín y Juan de la Haba, esta investigación incluye 380 pacientes: 270 españolas y el resto alemanas. Aunque el estudio nació de la mano del grupo español GEICAM, cuenta también con la participación de su homólogo alemán (GBG, por sus siglas en inglés). Como indica el doctor Martín, “no solamente es el primer estudio español que estudia de forma prospectiva y controlada la sinergia derivada de combinar la terapia hormonal con un antiangiogénico, Bevacizumab, sino que también es el primero a nivel europeo e incluso mundial. Existe un trabajo similar del grupo americano CALGB, pero el de GEICAM ha tomado la delantera al conseguir cerrar antes el reclutamiento”.
En estas pacientes con la enfermedad en fase metastásica se compararán dos pautas en primera línea de tratamiento: la combinación de terapia antiangiogénica más hormonoterapia frente a hormonoterapia. Aunque la comunicación de resultados estará condicionada por la aparición de eventos (progresiones tumorales), GEICAM calcula que se podrán difundir resultados en la segunda mitad de este año.
Sobre la relación entre los estrógenos y la angiogénesis, el doctor Martín explica que la activación de los receptores estrogénicos por el estradiol estimula la síntesis de factores proangiogénicos, como el VEGF (el mediador clave de la angiogénesis) que, a su vez, estimula el crecimiento del tumor mediante la activación de la neoangiogénesis tumoral. “Es un fenómeno observado en numerosos estudios preclínicos y se sospecha que ocurre también en el cáncer de mama humano. Por eso creemos que la combinación de fármacos antihormonales y antiangiogénicos no sólo permite una actuación dual sobre el tumor y su vasculatura, sino que interrumpe las comunicaciones intracelulares que estimulan la síntesis de VEGF”.
El presidente de GEICAM avanza que hasta el momento no se han encontrado signos de toxicidad inesperada con la combinación de ambos tratamientos. “Bevacizumab es un medicamento que toleran bien la mayoría de las pacientes con cáncer de mama. El efecto secundario más frecuente, la hipertensión arterial, se controla fácilmente en la mayoría de las enfermas con un antihipertensivo convencional”.
Los tumores hormonosensibles se consideran en general como de buen pronóstico, aunque un porcentaje de las pacientes experimenta recaídas; de ahí la necesidad de identificar las causas biológicas que condicionan la resistencia a la hormonoterapia y de ese modo intentar atajarlas desde el inicio. En estos tumores que expresan receptores hormonales, el doctor Martín advierte que se necesitan mejores herramientas para identificar aquellos que pueden dejar de ser sensibles a la terapia hormonal. “Ya se están produciendo grandes avances en este campo, gracias a la aportación de los estudios genómicos. Después habrá que establecer estrategias que permitan evitar las recaídas con hormonoterapia. La quimioterapia es una de ellas, pero sigue siendo una opción insuficiente”.
-Antiangiogénicos más quimioterapia
En las pacientes con receptores hormonales positivos, el doctor Martín recuerda que los estudios realizados hasta el momento han mostrado que Bevacizumab aporta un beneficio cuando se añade a la quimioterapia paclitaxel y otros citotóxicos, “logrando aumentar moderadamente el tiempo hasta la progresión de la enfermedad. Quizá donde el uso de la terapia antiangiogénica más quimioterapia cobra más sentido es en el grupo de pacientes triple negativo (aquellas que carecen de expresión de receptores de estrógenos, progesterona y HER2), en particular si consideramos la ausencia de otras alternativas eficaces”.
Al igual que se han conseguido avances clave en el cáncer de mama HER2 positivo gracias al descubrimiento de la relevancia biológica de este oncogén y al posterior desarrollo de terapias dirigidas, lo razonable, según el presidente de GEICAM, es que “futuros logros en el campo de los tumores triple negativos sólo puedan alcanzarse si se logra el descubrimiento de dianas moleculares biológicamente relevantes para el tumor y atacables con agentes específicos".
Dirigida por los doctores Martín y Juan de la Haba, esta investigación incluye 380 pacientes: 270 españolas y el resto alemanas. Aunque el estudio nació de la mano del grupo español GEICAM, cuenta también con la participación de su homólogo alemán (GBG, por sus siglas en inglés). Como indica el doctor Martín, “no solamente es el primer estudio español que estudia de forma prospectiva y controlada la sinergia derivada de combinar la terapia hormonal con un antiangiogénico, Bevacizumab, sino que también es el primero a nivel europeo e incluso mundial. Existe un trabajo similar del grupo americano CALGB, pero el de GEICAM ha tomado la delantera al conseguir cerrar antes el reclutamiento”.
En estas pacientes con la enfermedad en fase metastásica se compararán dos pautas en primera línea de tratamiento: la combinación de terapia antiangiogénica más hormonoterapia frente a hormonoterapia. Aunque la comunicación de resultados estará condicionada por la aparición de eventos (progresiones tumorales), GEICAM calcula que se podrán difundir resultados en la segunda mitad de este año.
Sobre la relación entre los estrógenos y la angiogénesis, el doctor Martín explica que la activación de los receptores estrogénicos por el estradiol estimula la síntesis de factores proangiogénicos, como el VEGF (el mediador clave de la angiogénesis) que, a su vez, estimula el crecimiento del tumor mediante la activación de la neoangiogénesis tumoral. “Es un fenómeno observado en numerosos estudios preclínicos y se sospecha que ocurre también en el cáncer de mama humano. Por eso creemos que la combinación de fármacos antihormonales y antiangiogénicos no sólo permite una actuación dual sobre el tumor y su vasculatura, sino que interrumpe las comunicaciones intracelulares que estimulan la síntesis de VEGF”.
El presidente de GEICAM avanza que hasta el momento no se han encontrado signos de toxicidad inesperada con la combinación de ambos tratamientos. “Bevacizumab es un medicamento que toleran bien la mayoría de las pacientes con cáncer de mama. El efecto secundario más frecuente, la hipertensión arterial, se controla fácilmente en la mayoría de las enfermas con un antihipertensivo convencional”.
Los tumores hormonosensibles se consideran en general como de buen pronóstico, aunque un porcentaje de las pacientes experimenta recaídas; de ahí la necesidad de identificar las causas biológicas que condicionan la resistencia a la hormonoterapia y de ese modo intentar atajarlas desde el inicio. En estos tumores que expresan receptores hormonales, el doctor Martín advierte que se necesitan mejores herramientas para identificar aquellos que pueden dejar de ser sensibles a la terapia hormonal. “Ya se están produciendo grandes avances en este campo, gracias a la aportación de los estudios genómicos. Después habrá que establecer estrategias que permitan evitar las recaídas con hormonoterapia. La quimioterapia es una de ellas, pero sigue siendo una opción insuficiente”.
-Antiangiogénicos más quimioterapia
En las pacientes con receptores hormonales positivos, el doctor Martín recuerda que los estudios realizados hasta el momento han mostrado que Bevacizumab aporta un beneficio cuando se añade a la quimioterapia paclitaxel y otros citotóxicos, “logrando aumentar moderadamente el tiempo hasta la progresión de la enfermedad. Quizá donde el uso de la terapia antiangiogénica más quimioterapia cobra más sentido es en el grupo de pacientes triple negativo (aquellas que carecen de expresión de receptores de estrógenos, progesterona y HER2), en particular si consideramos la ausencia de otras alternativas eficaces”.
Al igual que se han conseguido avances clave en el cáncer de mama HER2 positivo gracias al descubrimiento de la relevancia biológica de este oncogén y al posterior desarrollo de terapias dirigidas, lo razonable, según el presidente de GEICAM, es que “futuros logros en el campo de los tumores triple negativos sólo puedan alcanzarse si se logra el descubrimiento de dianas moleculares biológicamente relevantes para el tumor y atacables con agentes específicos".
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