
En cinco milímetros de anuncios dejamos de volar, de golpe, el pueblo soltó la mano de una tierra que ya no tenemos: Me duelen tanto las alas rotas, las piernas y las manos de mi patria pudriéndose como los minuteros de un viejo reloj, oscilando encajes raídos en las ventanas del ayer que a veces, me quedo callada sin entender cómo en cinco milímetros de tierra, mi país, ha cambiado tanto…
No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Antes solo había silencios, y no hablaban las mujeres ni los niños y menos los extranjeros. La injusticia siempre ha dormido con nosotros…
Ahora llueve cada vez fuerte en los costados de las fronteras, y nos negamos a entender que mientras nos ahogan las migraciones propias y ajenas, nos vamos veraguando de ese moho condescendiente y parco de la desidia, gritando a galillo abierto nombres de VERGÜENZA y la CORRUPCIÓN sin recordar quienes éramos: una patria alegre, y solidaria…
Nada ha cambiado en años. Las cosas no cambian con solo hablar
Ya no recordamos lo que era despertar con el quiquiriquí de los buses. Ahora nos gustan las bocinas de rifles, y las balas que no saben del color del respeto, del amor, ni qué se siente caminar en el silencio de las mañanas, entre hojas secas, grillos y chicharras…
Después de año de ausencias, idas y vueltas, partiendo la medalla de lo

Repito.
Mi país ha cambiado tanto, tanto, y ahora canta canciones que no entiendo.
Repito.
Antes me despertaba el quiquiriquí de los buses. Ahora, la búsqueda de mujeres, hombres y niños que no regresan a casa, después de una salida con amigos, amigos que te venden traición como ilusión, o personas que te odian porque no creen que también eres patria…
Repito. Hemos olvidado lo que es el color del cariño, del respeto y qué se siente caminar en el silencio de las mañanas, entre hojas secas, grillos y chicharras…

VOCES, que no dicen que esta patria ya no es nuestra, porque ya no tenemos ganas de vivir en ella como antes, como antes, libres, independientes, pensantes, amantes de nuestros derechos que antes defendíamos con la vida...
En cinco milímetros de silencios, ¿Dónde se perdió mi país?, ¿Dónde?…
Para La Coleccionista de Espejos:
Dlia McDonald Woolery