Cinco mujeres (o más)

¿Se puede ser víctima de asesinato y acusada al mismo tiempo? Aunque parezca una locura, así ha sido durante siglos para Annie Chapman, Polly Nichols, Kate Eddowes, Mary Jane Kelly y Elizabeth Stride. Son las cinco mujeres que se considera fueron asesinadas por Jack el Destripador. Hay otras que se quedaron en la categoría de "posibles", incluso una de estas víctimas "oficiales" ha generado dudas entre algunos estudiosos. La cuestión es que, mientras El Destripador se ha convertido en un producto comercial que protagoniza carteles, películas y rutas turísticas, los nombres de las mujeres quedaron escondidos en la etiqueta: "Prostitutas". El libro Las cinco mujeres: Las vidas olvidadas de las víctimas de Jack el Destripador, de la historiadora Hallie Rubenhold desmonta esta categorización, en cuanto a que no hay pruebas de que todas ellas ejercieran la prostitución de forma profesional. Rubenhold nos desvela las condiciones sociales de la mujer en la segunda mitad del siglo XIX, así como la situación económica de buena parte de la población inglesa en aquellos tiempos. Son los prejuicios victorianos los que han perdurado y no la historia de estas mujeres, que sí tienen rasgos en común: una mala situación económica, enfermedad y abuso del alcohol, en un tiempo en el que el agua solía estar contaminaba y se sustituía por bebidas como la cerveza, que incluso se llegaba a dar a los niños. En aquellos tiempos (y como hasta no hace mucho en nuestra propia sociedad), una mujer que viviera su sexualidad fuera del matrimonio era considerada prostituta. En las vidas de Annie, Polly, Kate, Mary Jane y Elizabeth hubo pérdidas familiares, falta de recursos, escaso acceso a la educación, pocas posibilidades de obtener empleo, alcohol, engaño y hasta posible trata. Reducir sus historias a la etiqueta de prostitutas ha sido volver a asesinarlas y perpetuar los juicios morales que sus conciudadanos lanzaron sobre esas mujeres que consideraban "caídas", marginales y de mala vida.