La detección temprana, a través de los exámenes visuales completos y regulares, es la clave para proteger la visión del daño causado por glaucoma.
Un examen visual completo incluye cinco pruebas comunes para detectar glaucoma y es importante tener un examen regularmente a partir de los 40 años.
Los signos tempranos de enfermedad ocular y los cambios en la visión pueden empezar a ocurrir a esta edad. El médico indicará la frencuencia con que es necesario realizarse los exámenes, dependiendo de los resultados de la prueba inicial.
Si la persona tiene factores de alto riesgo para glaucoma, como diabetes, presión arterial alta, o una historia familiar de glaucoma, debe acudir a revisión oftalmológica.
Los exámenes deben incluir:
- Tonometría. La tonometría mide la presión intraocular. Durante la tonometría, se usan gotas para anestesiar el ojo. Luego se usa un aparato llamado tonómetro para medir la presión.
El rango para una presión normal va de 12 a 22 mmHg (milímetros de mercurio), una escala usada para registrar la presión del ojo.
La mayoría de los casos de glaucoma son diagnosticados con presiones que exceden los 20 mmHg. Sim embargo, algunas personas pueden tener glaucoma con presiones de entre 12 y 22 mmHg. La presión intraocular normal es única en cada persona.
- Oftalmoscopía. Este procedimiento diagnóstico ayuda al médico a examinar el nervio óptico para valorar el daño por glaucoma. Se usan a veces gotas para dilatar la pupila y que el médico pueda ver la forma y el color del nervio óptico.
El médico usa un aparato con luz que magnifica la imagen del nervio óptico. Si la presión intraocular no está dentro del rango normal o si el aspecto del nervio óptico no parece normal, el médico puede pedir uno o dos exámenes adicionales: perimetría y gonioscopía.
- Perimetría. La perimetría es un examen del campo visual que produce un mapa completo de la visión. Este examen ayuda al médico a determinar si la visión ha sido afectada por glaucoma.
Durante el examen se le pide a la persona que vea directo hacia enfrente mientras una luz se presenta repetidamente en diferentes áreas de la visión periférica. Esto ayuda a dibujar un mapa de la visión.
Después del diagnóstico de glaucoma, los exámenes del campo visual se hacen uno o dos veces al año para ver si hay cambios en la visión.
- Gonioscopía. Este examen diagnóstico ayuda a determinar si el ángulo donde el iris se une a la córnea es amplio o angosto y cerrado.
Durante el examen, se ponen gotas para anestesiar el ojo y se usa un lente que se mueve por la superficie del ojo para analizar si el ángulo entre el iris y la córnea está bloqueado o es amplio.
- Paquimetría. Esta es una prueba simple para medir el grosor central de la córnea (el lente frontal del ojo). La paquimetría puede ayudar al diagnóstico ya que el grosor corneal tiene el potencial de influir en las lecturas de la presión intraocular.
Con esta medida, el médico puede entender mejor las lectura de la presión intraocular y desarrollar el plan de tratamiento correcto para cada persona.
El diagnóstico de glaucoma no siempre es fácil y por eso una evaluación cuidadosa del nervio óptico es esencial para el diagnóstico y tratamiento.
El objetivo más importante es proteger la visión por lo cual el médico evaluará muchos factores antes de tomar decisiones acerca del tratamiento.
Si la condición de una persona es particulamente difícil de diagnosticar o tratar, puede referirse a un especialista en glaucoma.
Siempre es bueno pedir una segunda opinión si el paciente o el médico tienen dudas acerca del diagnóstico o el progreso.
Referencia
Foto de TobíasD