Vacación no es migración. Necesitas descanso, desconectar de la rutina anual… pero sin alejarte de tu hogar y quizá sin grandes giros vitales seas feliz por unos días. Sé ecológico (¡Y ahorra dinero):
1 – Evita tumultos. Disfrutar del ocio en periodos menos tumultuosos y ovinos es más relajante. Apretujarse en el mar como en el Metro en hora punta (cambiamos manoseadores por medusas) es malo para ti y para la conservación de las costas.
2 – Ahorra CO2 conociendo tu entorno. Aquel museo para el que nunca tienes tiempo, ese rincón paradisiaco cercano del que tanto te han hablado. Hacer turismo en tu propia zona te sorprenderá y enriquecerá. Es bueno dejar de sentirse extranjero en casa.
3 – Desconecta creando tu propio jardín. Con unos pocos tiestos y unas semillas… En cualquier rincón, en un balcón desangelado o en lo alto de un vetusto mueble. Aprovecha los días para utilizar la creatividad dormida; invierte en tu pequeña jungla privada (no es un chiste contra la depilación). Las plantas generan iones negativos, crean beneficiosos microclimas y te hacen sentir mejor.
4 – Modifica hábitos. Cambia de rutas, de horarios, de rutinas… Malgastamos demasiado tiempo en rutas auto-impuestas. Conviértete en explorador de lo cercano y descubre que un lugar tiene tantas posibilidades como somos capaces de imaginar. Caminante, haz camino…
5 – Sé un activo activista. ¿Cuántas veces has pasado por delante de aquel anuncio de grupos excursionistas o ecológicos para los que siempre te falta tiempo? ¿Y las colaboraciones con alguna ONG? El sentido de la vida es… darle sentido. Deja que la vacaciones maduren ahora y fructifiquen el resto del año.
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