En cuanto a creencias no cabe duda que hay una enorme variedad para escoger y aunque muchas religiones no cuentan con una popularidad importante al menos sí con éxito a nivel local.
Se conoce como religiones fálicas a aquellas tendencias a adorar a objetos que visualmente se asemejen a un pene erguido representando [dentro de la creencia] la fertilidad.
La palabra falo [neologismo no aceptado por la Real Academia de la Lengua Española] proviene del término latino phallus y del griego phallos.
Cortesía del sitio craked [en inglés] les presento un recuento de las cinco religiones más comunes en cuanto a la veneración/adoración del pene humano.
1.- Shivaísmo.
Se le conoce como Lingam al falo del dios Shivá; dentro de la trinidad hinduísta, Shivá es la deidad del cambio y la destrucción. Dentro de la mitología el dios fue asesinado.
Posterior a la muerte de la deidad la diosa Kali se puso en cuclillas, arrancó cada uno de los órganos del fallecido aunque el pene, que se conservaba erecto, fue montado en el piso para intentar completar el ciclo de la creación.
En la adoración se suele venerar tanto en el arte como en los templos habitualmente sin el resto del cuerpo, siendo así idolatrado por sí mismo aunque conjuntamente con el ioni [o yoni, en inglés] que es la representación del órgano sexual femenino.
Aproximadamente cien millones de hindús pertenecen a ésta secta; una forma común de adoración es con una representación de bolsillo del Lingam, meditar y orar mientras se sostiene la escultura con la mano y se le frota.
2.- Mara Kannon en Tawarayama, Japón.
Según la leyenda, hace unos cuatrocientos cincuenta años dos políticos locales [en Tawarayama, Japón] tenían una fuerte enemistad que llegó incluso a amenazas de muerte tanto entre ellos como hacia sus familias.
Con la intención de proteger a su familia, el señor Oji optó por disfrazar a su hijo de niña y lo escondió en una capilla. Lamentablemente el enemigo de Oji, el señor Sue, encontró al niño, le cortó la cabeza y para probar su identidad optó por mutilar el pene del pequeño.
Al enterarse los vecinos decidieron hacer pequeñas representaciones del órgano masculino en madera y cerámica para sustituir al del niño.
Como recuerdo del suceso, en los bosques cercanos a la capilla donde supuestamente encontró el señor Sue al niño, existen muchísimas esculturas de falos erectos.
Una de las representaciones en piedra más representativas es aquella que alcanza cerca de los cinco metros de altura.
El santuario, visitado anualmente por muchísimos turistas es popular entre los hombres [y sus parejas] que sufren problemas de erección.
La forma tradicional de ofrecer una ofrenda es comprar una pequeña escultura fálica y escribir su petición [u oración] en ella para posteriormente dejarla en el santuario.
3.- Festival Hounen Matsuri [Japón].
A las catorce horas de cada quince de marzo en tierras niponas inicia una procesión, milenaria, muy particular, que aunque una muchedumbre acompaña una representación de un falo de poco más de dos metros de altura, el culto, en sí, no es hacia el órgano masculino.
El santuario Shinmein, de donde parte la procesión, y el santuario Tagata Jinja hacia donde va el enorme pene de madera eran anteriormente zonas dedicadas a la agricultura y veneran al falo en alusión a la fertilidad de la tierra orando por un año fructífero.
4.- Min, el dios egipcio.
Aunque en Egipto la cultura hacia el falo inicia antes de la deidad Min éste era representado habitualmente de manera ictifálica [con el miembro erecto].
Una leyenda cuenta que el cuerpo del dios Osiris fue cortado en pedazos por Seth quien lo esparció por todo Egipto; Isis, la esposa del mutilado, rescató todo el cuerpo excepto el órgano reproductor que fue tragado por un pez tradicional de las tierras faraónicas [Oxirrinco].
Pese a lo anterior, Isis engendró a Horus quedando encinta mágicamente. El falo fue desde entonce, en Egipto, símbolo de fertilidad. Posteriormente, alrededor del 2050 a.e. la deidad Min saltó a la fama dentro de las celebraciones de coronación de cada nuevo faraón: el príncipe tenía que demostrar que podía eyacular y la deidad se encargaba de verificar el hecho.
El culto es también muy particular:
En el templo del dios Min se frotaban, durante el festival de la cosecha, a la lechuga egipcia [Lactuca serriola], una variedad alta y redonda que, dentro de sus cualidades están emitir con la frotación una savia lechosa.
La sustancia se llama lacticuarium, y, en grandes dosis, produce un efecto alucinante similar a la cocaína. De igual manera dentro del festival, desnudos, algunos fieles subían un poste gigante obteniendo bendiciones de la deidad en caso de llegar a la cima.
5.- El profeta Kunley.
Cerca del siglo dieciséis el monje Drukpa Kunley que vivió en lo que actualmente es Bután pasó toda su vida, luego de convertirse en monje, viajando por el mundo dispersando su sabiduría e iluminación.
En su caminar prometía a cada mujer que ilustraba que en caso de alcanzar el Nirvana les entregaría una porción de su miembro. El budista alcanzó tal fama entre el público femenino que, cuando alcanzó la iluminación, todas las mujeres le llevaron cerveza para esperar su parte.
Para el monje, su prédica, era que la embriaguez y la vida sexual desenfrenada eran la mejor manera de separarse del mundo material para alcanzar así el anhelado Nirvana:
El mejor vino se encuentra debajo de la cubeta mientras que la felicidad está debajo del ombligo; era su doctrina.
Luego de su muerte entró a la mitología budista.
En una de tantas historias se cuenta que el monje derrota a un demonio femenino golpeándola con su pene en la cara para luego convertirla en un espíritu bueno por medio de un juego sexual divino.
La imagen que ilustra éste artículo la obtuve de Tania.Paz mientras que algunas referencias a las religiones del conteo las obtuve en craked.
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