Revista Salud y Bienestar
Foto: 'Force-de-Frappe--atmospheric-test'
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Hay muchos intereses para que se haga chequeos, es un negocio más. En algún caso incluyen scaners (TACs) de cuerpo entero.
A una persona sana no le aporta nada un chequeo. Nada.
Toda prueba diagnóstica tiene efectos secundarios, no hay ninguna inocua.
Algunas nos someten a los riesgos de una sedación (endoscopia) o una cirugía (biopsia de próstata).
Otras producen radiación directa. Si a usted le hacen cinco scaners le somenterán a la misma radiación que padecieron los habitantantes de Hiroshima tras la caida de la bomba atómica. Si, efectívamente es una barbaridad. Juan Gérvas nos lo detalla en este artículo de Acta Sanitaria.
En todos los casos el riesgo es más sutil. El problema se llama falso positivo, las veces que una prueba diagnóstica detecta algo que finalmente no es ningún problema de salud. Es el caso de una mujer a la que detectan unas calcificaciones en la mamografía que terminan sin ser nada o del varón al que le detectan una masa en el tiroides que termina siendo un quiste sin importancia. En estos casos habrá que hacer nuevas pruebas, intervenciones, punciones o biopsias. En estos casos se mantiene a la persona bajo el agobio de poder padecer una enfermedad.
En medicina no siempre más es mejor, no siempre hace más pruebas y procedimientos tiene más ventajas. La actitud de vigilancia expectante que en muchas ocasiones le recomendará su médico de cabecera tiene habitualmente más ventajas que hacer pruebas diagnósticas mal indicadas.
Su mejor seguro de salud es tener un médico de familia competente que le conozca bien. Ir a pedir directamente una determinada prueba a un especialista que no le conoce le pone en riesgo de caer en falsos positivos o en radiaciones innecesarias. Usted elige.