La imagen de portada es de una exposición sobre el proyecto China Hills.
La arquitectura y el urbanismo del nuevo paradigma es el título del acto que ha tenido lugar en la jornada Ideas para un futuro más sostenible, celebrada en el marco del salón Construmat en Fira de Barcelona. Cinco arquitectos de primera fila han expuesto cómo entienden el presente y sobre todo el futuro de la arquitectura sostenible. Más allá de las diferencias, todas las visiones han coincidido en que se está produciendo un cambio de paradigma en la edificación que conducirá a un escenario muy distinto del que hemos conocido en el siglo XX.
Enviado por: Sostenible.cat – Albert Punsola – ecoticias.com
Edificación como extensión de la biosfera
Felipe Pich Aguilera ha dicho que “la arquitectura y la edificación se han de plantear en términos positivos como una prolongación racional de la acción de la biosfera“. Según él esta afirmación es necesaria después de que el exceso de construcción haya hecho que esta actividad haya adquirido un aire negativo en los últimos años. Dentro de esta visión destaca el hecho de que las soluciones ambientales pasan “por construir eliminando las prácticas nocivas y potenciando las positivas”. Y como ejemplo destacado la posibilidad de que los edificios se conviertan en productores de energía.
En opinión de Pich Aguilera, la arquitectura no debería ayudarse de máquinas para crear su propio clima interno, unas máquinas que ha calificado de “prótesis”. También ha reivindicado la reutilización frente al derribo. Una muestra de esta filosofía se encuentra en el proyecto de transformación de los antiguos cuarteles militares de Gardeny en Lleida que se han reciclado en un nuevo uso que es el Parque Científico Tecnológico y Agroalimentario. Este complejo no tiene climatización artificial de ningún tipo y se mantiene a una temperatura constante superior a 22 grados gracias al diseño arquitectónico.
Según Pich Aguilera, “la arquitectura del futuro tiene más que ver con el equilibrio que con la fuerza” y subrayó que la arquitectura ligada a la academia también es resistente al cambio pero, a pesar de todo, puede llegar a ser una palanca para el cambio por su potencial de conocimiento.
La importancia del entorno local
Bruno Stagno, director del Instituto de arquitectura Tropical de Costa Rica ha hecho una apología de la arquitectura vernácula del trópico y defendió que la arquitectura sostenible es aquella que está mejor adaptada a su entorno climático, frente a la homogeneidad del estilo internacional.
Stagno dijo que “incluso la arquitectura colonial europea reconoció las especificidades del trópico y las necesidades constructivas que se derivan”. Costa Rica quiere ser neutral en emisiones de carbono para el 2021 y uno de los objetivos es hacer que los requisitos para los edificios sostenibles y adaptados al clima se conviertan en una norma nacional
En unos lugares con elevadas temperaturas y humedad, un buen ejemplo lo constituye el uso de vegetación recubriendo los edificios. Esta vegetación crece muy rápido y condiciona la temperatura del edificio sin necesidad de sistemas activos, además de captar CO2. “Tras una pantalla vegetal la temperatura puede llegar a bajar hasta 4 grados”, indicó Stagno. Según el director del Instituto de arquitectura Tropical la alta tecnología puede ser muy útil pero no más que un buen concepto y un buen diseño.
Reinventar el lenguaje constructivo
César Ruiz Larrea, de Ruiz Larrea y Asociados, dijo que la técnica sí era importante entendida como “la capacidad de resolver un problema”. A continuación, hizo un símil para expresar la idea de que la arquitectura sostenible ya tiene contenido pero todavía no ha encontrado su forma. El símil es el siguiente: en un principio los coches fueron como diligencias sin caballos o los aviones imitaciones artificiales de las alas de los pájaros. Igualmente sabemos los objetivos que queremos alcanzar en edificación sostenible, “pero todavía no hemos sido capaces de expresarlo en unas formas diferentes de la arquitectura que conocemos”.
Ruiz Larrea ha sido muy crítico con los profesionales que adoptan formas repetitivas que quieren imitar la naturaleza para venderse como sostenible cuando muchas veces no lo son. Igualmente dijo que “mucha arquitectura contemporánea que tiene mucho éxito entre el poder político cae a menudo en un formalismo vacío”.
El arquitecto español ha hablado de la aportación de luz natural al interior de los edificios en los que su equipo está trabajando. “Tenemos que hacer pozos de luz con sistemas de reflexión que pueden hacer entrar bien adentro del edificio la luz del exterior”, dijo. Y ha añadido que “se pueden llevar hasta 500 lux en los espacios interiores y hacerlo con elementos que formen parte de la estructura básica de los edificios”. Este sería un ejemplo de la búsqueda de nuevas formas a partir de unos contenidos. Ruiz Larrea ha reivindicado la arquitectura islámica que se hacía en la España musulmana en la edad media como un referente en el tratamiento de los espacios interiores, y como un valioso elemento de inspiración para las realizaciones actuales.
La escala de ciudad
Fernando Navarro, miembro de la Comisión de futuro sostenible del RIBA ha observado que mientras muchos objetos cotidianos como el calzado deportivo o las bicicletas han hecho un gran avance a lo largo del tiempo, “los edificios en comparación no han evolucionado mucho”.
Navarro indicó que para mirar al futuro primero es preciso recuperar a los clásicos. Así citó al arquitecto y pensador romano Vitruvio que definió la arquitectura como solidez, utilidad y belleza y la ratio entre estas tres cosas, que en el sentido etimológico quería decir la proporción entre ellas. Con ello ha querido decir que los fundamentos de la arquitectura siguen intactos en el nuevo contexto porque “si hablamos de proporción, hablamos de equilibrio y también lo hacemos de sostenibilidad”
Fernando Navarro cree que ya tenemos el conocimiento suficiente para saber hacer sostenibles los edificios y que nos falta la escala de la ciudad. Según él, uno de los retos creativos de nuestro tiempo es “que las ciudades generen su propia energía y sus propios alimentos”. También dijo que en el siglo XX nos hemos pasado el tiempo haciendo divisiones funcionales del espacio y en el siglo XXI se tratará de deshacer estas divisiones y volver a la mezcla de usos.
Ecociudades no utópicas
Jacob Van Rijs, fundador del estudio MVRDV ha hablado de urbanismo y en concreto del concepto de ecociudades. Para este arquitecto holandés “hoy en día sufrimos de un exceso de greenwashing”, es decir de marketing verde. Según él, existe una opinión colectiva en el sentido de que los edificios sostenibles son feos y que esto ocurre precisamente porque se hacen añadidos basados en el marketing que no aportan valor.
Jacob Van Rijs apuesta por la creación ex novo de ciudad de emisiones cero que supongan concepciones nuevas e incluso revolucionarias del urbanismo y la edificación y sobre todo que sean realizables. Citó como ejemplos el proyecto Ecociudad Montecorvo en Logroño y la espectacular propuesta conocida como China Hills que tiene como objetivo aportar soluciones a los problemas demográficos y ambientales de China agrupando en poco espacio, y en altura, viviendas, cultivos y centros de producción a fin de contener el consumo de recursos.
* La imagen de portada es de una exposición sobre el proyecto China Hills.
vía Cinco visiones de la arquitectura sostenible para el futuro.
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