Cincodays Bonus – La importancia de una estancia sobresaliente en un hotel de lujo

Cincodays Bonus…por César del Campo de Acuña

La importancia de…una estancia sobresaliente en Tenerife

Verán, soy una de esas contadas, y afortunadas, personas que viajan con sorprendente regularidad a las islas afortunadas, y concretamente a la isla de Tenerife (ventajas de tener familia allí, oigan). Si bien es cierto que casi siempre me he hospedado en casa de mis parientes, en alguna que otra ocasión he tenido la fortuna de descansar en algunos de los mejores y más exclusivos hoteles de la isla. No quiero que entiendan que me estoy tirando el pisto de ser un magnate, pero siendo poco amigo como soy de las aglomeraciones y del plan vacacional tradicional, los alojamientos que ofertan el todo incluido no son caldo de mi gusto y prefiero desembolsar un poco más (luego no crean que es mucho más) para recibir un trato personalizado y esmerado en hacer de mi estancia una experiencia sobresaliente y memorable.

Personalmente creo que, viajar no es solo desplazarse hasta el lugar de destino, pernoctar y comportarse como un salvaje el tiempo que se este allí. Creo firmemente, que el hecho de viajar, independientemente del presupuesto, ha de ser una experiencia enriquecedora en todos los sentidos y no en una excusa para desinhibirnos de la educación más elemental. En el caso concreto de Tenerife, la isla tiene mucho más que ofrecer que playas, bochinches y turistas anglosajones ebrios, pero claro, si deciden hospedarse en lugares habitados puntualmente por estos últimos y rodeados de los dos primeros ejemplos, no creo que le saquen mucho jugo a su periplo más allá de algunas fotos y alguna que otra quemadura solar. Si optan por una alternativa de lujo (palabra que, en demasiadas ocasiones, al común denominador de los mortales nos intimidad hasta dejarnos petrificados) seguro que la mayor de las islas les sorprendería positivamente.

Tome por ejemplo el sobresaliente Hotel Botánico, un hotel de lujo de Tenerife, emplazado en una de las zonas turísticas más destacadas de la isla y rodeado por unos jardines fastuosos que invitan a las personas más importantes del mundo a visitarlo cada vez que pasan por la isla. Como digo en más ocasiones de las que me gustaría, hace ya algunos años, tuve la fortuna de hospedarme en el Hotel Botánico y aparte de atesorar nada más que buenos recuerdos gracias a una plantilla extraordinariamente eficiente y atenta, recuerdo a la perfección una deliciosa tarde tomando el té en uno de los salones, mientras las conversaciones de todos los allí presentes eran acompañadas y amenizadas por música en vivo. La combinación de luz en el salón, el armonioso piano de fondo y los elaborados cócteles de los que dieron buena cuenta mis acompañantes (han de saber que no bebo jamás) convirtieron aquel momento en una fotografía que perdurara por siempre en mi memoria.

Como decía con anterioridad, el turismo de lujo nos intimida, nos asusta y por momentos nos convierte en niños dickensianos por las ideas preconcebidas que tenemos entorno a todo lo que parece rodear a una simple palabra. Pero, pregúntense ¿Qué prefieren siete días por y para cumplir con la norma social de las vacaciones o unos pocos días menos que les lleven a crecer y que recuerden el resto de su vida de manera tan nítida como el presente inmediato? En más ocasiones de las que creemos el más nos ciega con su tiempo, mientras que el menos aguarda a aquellos que quieran experimentar eso a lo que llamamos vida y es por eso que el turismo de lujo no es exclusivo para unos pocos, sino una realidad para todos aquellos que apuesten por vivir antes que por sobrevivir.