"CINCUENTA SOMBRAS DE GREY": Crítica de cine en pocas palabras

Al final va a resultar que la cosa tampoco era para tanto. Y no me refiero a la polémica con las escenas de sexo, que si hay muchas para unos y pocas para otros, o que si son demasiado blandas con respecto a los libros. O las voces en grito que proclaman que la película es una ofensa para las mujeres por su forma de enfocar la relación de la pareja protagonista, algo que algunos han querido interpretar como una apología de la sumisión de la mujer y que me parece ridículo y completamente desproporcionado.

A lo que me refiero es que no es tan mala la cinta como yo esperaba. No nos engañemos, tampoco es que la película sea una maravilla y, a duras penas, consigue alcanzar un aprobado raspado, pero después de haber visto como le daban palos por todas partes, pues la cosa se dio mejor de lo que esperaba. Es lo bueno de tener las expectativas por los suelos.

Pongo por delante que no he leído los libros de E.L. James así que no puedo valorar la película como adaptación de la obra original sino únicamente como película en sí misma y, como he dicho al principio, no me ha parecido tan mala.

Cincuenta sombras de Greyes entretenida, especialmente en su primera mitad, donde hace gala de un buen sentido del humor y algunas escenas muy bien llevadas, como la de la negociación de los términos del contrato que regirá las relaciones sexuales de los protagonistas. El problema llega cuando la historia se quiere poner trascendental y seria; ahí se pasa de la raya y pierde toda la gracia. El ritmo decae, el arco evolutivo de los personajes se estanca, las escenas de sexo son bastante normalitas teniendo en cuenta los tiempos que corren (cualquier escena de Juego de Tronos le da mil vueltas a estas) y la historia entra en un punto muerto, tal vez confiando en exceso en la existencia de una continuación.

Este último punto hace también que el final del film sea un coitus interruptus en toda regla. Una cosa es dejar un final abierto y otra muy distinta dar la sensación de haberle pegado un hachazo a la historia como si fuera a continuar la semana siguiente. Para mi, uno de los más grandes defectos del film.

En cuanto a las interpretaciones, los secundarios son meras comparsas y todo gira alrededor de los dos protagonistas, que solventan sus roles con muy diferente resultado. Dakota Jhonson da vida a una Anastasia Steele creíble en su papel de inocente e inexperta jovencita enamorada hasta el tuétano. En cambio, Jamie Dornan me ha decepcionado mucho interpretando al joven multimillonario lleno de secretos Christian Grey, especialmente después de haberle visto desplegar una amplia gama de registros en la serie La Caza, con muy buenos resultados. No ha conseguido dotar a su personaje de la profundidad y oscuridad de emociones que se le suponen.

Por último no he podido dejar de notar una serie de factores que, si no los comento reviento; El apellido del personaje protagonista, la acción ambientada en Seattle, esa fijación con la tensión sexual en los ascensores... la autora es fan de la serie Anatomía de Grey fijo.

En fin, la película se convertirá en la 9 semanas y media o la Orquídea Salvaje de esta generación, especialmente por su repercusión mediática, aunque no le llegue a aquellas a la suela de los zapatos, sobre todo porque estamos en una época en la que, sexualmente hablando, pocas cosas nos pueden sorprender en una película. Los tiempos son otros. Entretiene y hasta puede tener alguna escena que resulte excitante, pero poco más.

Lo mejor: La negociación de los términos del contrato. La banda sonora. Sus toque de humor al principio de la historia. Las mordidas de labios de Dakota.

Lo peor: Su bajón en la segunda parte. Jamie Dornan no acaba de convencer. El final. Que pretenda darse aires de la historia trascendental que no es.

Nota: 5/10