Revista Opinión

Cine gratis en Internet. ¿Experimento o posibilidad de futuro?

Publicado el 09 mayo 2010 por Héctor
Cine gratis en Internet. ¿Experimento o posibilidad de futuro?
En estos tiempos en los que el debate sobre la propiedad intelectual, los derechos de autor o la piratería ocupa muchas líneas en los periódicos y horas de conversación en la calle, es interesante comprobar las medidas que algunos autores asumen a la hora de afrontar los problemas relacionados con su obra que encuentran en el día a día.
La venta de películas descargadas de Internet o grabadas directamente en una sala de cine -los llamados screeners-, y también la simple descarga de películas a través de programas P2P para consumo particular en casa, constituyen lo que se ha dado en llamar "piratería", una práctica que se ha disparado en los últimos tiempos y que está empezando a ser perseguida de manera más seria por las autoridades. En todos los casos -ya sea para el uso personal o con ánimo de lucro- el consumo de películas descargadas tiene la característica de que el autor (en este caso la compañía productora o distribuidora) no recibe una compensación económica a cambio, como sí lo hace en el caso de que el film se adquiera en una tienda o en un servidor de Internet autorizado. Para evitar esto, existen las sociedades reguladoras de los derechos de autor (en España la más conocida -y denostada- es la SGAE), que velan por que los autores adscritos a ellas reciban la compensación económica estipulada por sus obras.
No quiero ahora mismo extenderme demasiado en mi opinión sobre el tema de los derechos de autor y el consumo de películas "piratas". En este asunto siempre me debato entre la necesaria protección de la propiedad intelectual de los autores frente a la difusión de la cultura. No me parece mal que alguien "cobre" porque otras personas ven sus películas pero tampoco estoy a favor de la persecución implacable y a veces enfermiza que llevan a cabo las sociedades protectoras de los derechos de autor. Soy de los que se siente algo "culpable" cuando ve una película sin pagar nada por ello (aparte de la conexión ADSL), pero me reconforta pensar que quizá esta sea la única manera de que mucha acceda a ciertos objetos culturales que serían casi inaccesibles si tuvieran que adquirirse en una tienda al uso. La cultura en general, y las películas en particular, son caras especialmente para aquellos que consumen cine en grandes cantidades. Internet ofrece a día de hoy una oferta casi infinita de películas, que si se trasladara a las tiendas podría suponer cientos de euros mensuales, una cantidad inasumible para el común de los mortales.
Por eso, el consumo de películas descargadas es moneda corriente en la actualidad, y las leyes que se están creando últimamente -como la famosa "Ley Sinde"- pretenden recuperar un terreno perdido desde hace años, intentando poner puertas a un campo que es mucho más grande de lo que pueden llegar a imaginar. Los usuarios llevan mucho tiempo consumiendo cine de esta manera, y por eso ahora se llevan las manos a la cabeza cuando escuchan la amenaza de cerrar páginas que contengan este tipo de descargas, porque no terminan de comprender por qué se persigue ahora algo que siempre se había pasado más o menos por alto.
Desde las sociedades de autores se nos dice que los que salen perdiendo con todo este asunto son los creadores y la industria de la cultura. Para ellos, la piratería es un cáncer que acabará a larga con los autores, muertos de inanición por no recibir dinero cada vez que alguien consume sus productos. Del mismo modo, la industria del mercado de DVD's o CD's se ve amenazada por un descenso preocupante de las ventas, ya que la gente prefiere ver una película "bajada" en casa a gastarse 15 o 20 euros adquiriendo el DVD en cualquier tienda. En este sentido, nos encontramos con un preocupante círculo vicioso o "pescadilla que se muerde la cola". Los consumidores aducen -y no les falta razón- que las películas o los discos son muy caros, y muchos de ellos no dudarían en adquirir ejemplares originales si se bajaran sustancialmente los precios. Sin embargo, las compañías no van a bajar los precios precisamente porque la piratería les exige un gasto mayor -en forma de ediciones de lujo, promociones especiales, extras- que les permita ofrecer un producto atractivo para el consumidor que no pueda encontrar en el top manta.
Así pues, nos encontramos con una situación complicada en la que ninguna de las partes quiere dar su brazo a torcer. En este caso, se puede elegir entre dos caminos. Uno, el camino de crear leyes que persigan la piratería -a riesgo de enfrentarte con las asociaciones de internautas y con la sociedad en general-; y el otro, buscar soluciones alternativas que intenten conciliar la difusión legal de un conjunto de obras con el consumo gratuito por parte del espectador. Es decir, el viejo axioma de "si no puedes con tu enemigo, únete a él".
Hace poco tiempo, el grupo británico Radiohead rompió con su compañía discográfica y se decidió a publicar sus discos en internet de forma gratuita. O más bien, optaron por cobrar "la voluntad" a quien quisiera descargarse sus discos, lo que significa que muchas copias se venderían gratis o a un precio irrisorio. Radiohead era un grupo consolidado, uno de las mejores bandas de las dos últimas décadas, y no necesitaban promoción -ni casi dinero- al tener una base de fans muy amplia. No dispongo de las estadísticas, pero imagino que mucha más gente se descargaría gratis un disco que preferiría comprarlo en una tienda. Radiohead dio entonces el paso definitivo que (casi) nadie se atreve a dar: eliminar todos los estadios intermedios que existen entre el creador y el espectador. Si no están por medio ni la discográfica, ni el manager, ni la distribuidora, ni la tienda que vende los discos, se elimina gran parte de los costes de un disco. Si los artistas se decidieran -en masa, y no en casos aislados- a colgar su obra en internet por un precio medio de, pongamos, 5 euros, ¿no habría mucha gente dispuesta a pagar por ello?
Pero me estoy extendiendo demasiado, y yo lo que quería era hablar de cine. Esta semana se ha publicado que un director como Ken Loach (no precisamente un principiante, sino un director consolidado y reconocido dentro de la industria del cine europeo) ha optado por colgar algunas de sus películas en su canal de YouTube, para que puedan ser vistas gratuitamente por todo aquél que así lo quiera. A diferencia de Radiohead, Loach no ha roto con su productora, Sixteen Films, sino que ha sido con su connivencia con la que ha decidido dar este paso que resulta revolucionario en los tiempos que corren. Sixteen Films se había dado cuenta de que la piratería estaba haciendo mucho daño al cine de Loach (en el sentido de que muchas películas del director británico se veían descargadas de Internet), por lo que han preferido permitir que se vean gratuitamente -y en una calidad seguramente superior a la que se pueda encontrar en los programas P2P- cobrando únicamente a través de la publicidad.
No obstante, no debemos lanzar las campanas al vuelo. La propia productora ha confirmado que esta medida se trata de momento de un "experimento" para ver cómo es la acogida por parte del público, y se plantean la posibilidad de cobrar cierta de cantidad de dinero por los visionados más adelante. De todas maneras, no debemos dejar de tener en cuenta este tipo de situaciones, porque podrían ser más frecuentes de aquí en adelante. De momento, Loach se ha llevado más "propaganda" esta semana que en mucho tiempo, y seguro que esto repercute en el conocimiento de su obra. ¿Cuántos directores -en especial los que estén empezando y necesiten darse a conocer- podrían copiar esta medida y proporcionar sus películas gratuitamente? No sé si estamos ante una experiencia aislada y sin opciones de futuro o ante una posibilidad de difusión del cine que podría tener un alcance inimaginable. De momento, al menos para los fans del cine de Ken Loach, es algo que podemos empezar a celebrar mientras dure.
-Películas disponibles en el canal de Ken Loach en YouTube:
  • Cathy Come Home (Cathy Come Home, de la serie The Wednesday Play, 1966)
  • Poor Cow (Poor Cow, 1967)
  • Kes (Kes, 1970)
  • Agenda Oculta (Hidden Agenda, 1990) *Suprimida por una reclamación de derechos por parte de MGM
  • Riff-Raff (Riff-Raff, 1991)
  • La Cuadrilla (The Navigators, 2001)

-Películas que se añadirán próximamente (la página anuncia una subida semanal)
  • The Gamekeeper (The Gamekeeper, 1980)
  • Lloviendo Piedras (Raining Stones, 1993)
  • Ladybird Ladybird (Ladybird Ladybird, 1994)
  • Tierra y Libertad (Land and Freedom, 1995)
  • La Canción de Carla (Carla's Song, 1996)
  • Mi Nombre es Joe (My Name is Joe, 1998)
  • Pan y Rosas (Bread and Roses, 2000)
  • Felices Dieciséis (Sweet Sixteen, 2002)
  • Sólo un Beso (Ae Fond Kiss, 2004)
  • El Viento que Agita la Cebada (The Wind That Shakes the Barley, 2006)


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