Brandon Cronenberg (el hijo del maestro del horror corporal,David Cronenberg) lanzó este 2023 su tercer largometraje titulado Infinity Pool o Muerte infinita protagonizado por Alexander Skarsgård y Mia Goth. Y para ser justos, es una de las propuestas fílmicas más interesantes dentro de esta tendencia a hacer una crítica a las perversiones de las clases más altas.
¿Una más? Sí, no es una idea enteramente original. Pero Infinity Pool es muy distinta a las demás, y ojo, eso no quiere decir que otros títulos sean malos, sino que la idea de Cronenberg destaca por varias razones como la mezcla de ciencia ficción y gore sumado a un actuación impresionante de ambos protagonistas (sobre todo de Goth, pero en un ratito vamos a eso).
¿De qué va Infinity Pool?
Infinity Pool tiene como protagonista a James Foster, un escritor mediocre que acude a un resort de lujo junto a su esposa Em, para encontrar inspiración para su próxima novela. La cosa es que el primer libro de Foster se publicó seis años atrás y fue un desastre entre las críticas y las ventas.
Pronto descubrimos que esta novela se logró publicar gracias a las influencias de su suegro, un multimillonario. El hotel en el que se hospedan James y Em se encuentra en Li Tolqa, un país ficticio ubicado en una isla. El lugar en donde se lleva a cabo Infinity Pool es descrito como un país pequeño con una comunidad pobre, ultra conservadora y “poco civilizada”.
Personajes de ‘Infinity Pool’ con máscaras de la cinta / Foto: NEONEl hotel Pa Qlqa Pearl Princess de Infinity Pool invita a sus huéspedes a nunca abandonar las instalaciones, pues las condiciones fuera son tan críticas, que podrían correr riesgo.
Pero James y Em hacen caso omiso cuando conocen a Gabi y su esposo Alban, una pareja que acude una vez al año a este lugar y que los invita a una playa fuera del resort para comer y beber.
A partir de esto, James y Em descubren que las leyes de Li Tolqa son bastante severas, pero también flexibles con la gente que puede pagar no sólo por su libertad, sino también por una idea falsa de justicia con la que los ciudadanos de Li Tolqa deben conformarse.
En otras palabras, ambos, sobre todo James, descubre la manera de cometer cualquier crimen con total impunidad como parte de un programa del gobierno para turistas (con capital económico, eso sí).
Con esto en mente, hay dos preguntas que debemos hacernos en Infinity Pool: ¿La riqueza permite que la impunidad sea infinita? y ¿Existen límites físicos, morales y mentales de aquella justicia inventada?
La opulencia de las clases altas como tema de conversación
En los últimos años como con Infinity Pool, como mencionamos, hemos visto varias sátiras o thrillers que buscan evidenciar los comportamientos absurdos que las personas de clase alta toman frente a situaciones en las que su realidad se ve perturbada. No nos vayamos muy lejos. El año pasado se estrenó The Menu y Triangle of Sadness.
A esta última se le puso especial atención no sólo porque ganó la Palma de Oro en 2022 y obtuvo nominaciones a los premios Oscar 2023, sino porque con mucha obviedad, habla de cómo la opulencia ofusca la realidad de los más privilegiados; es decir, y no estamos hablando del meme, que los ricos (muy ricos) viven en una realidad completamente alterada. Aquí les dejamos nuestra reseña.
Pero estas cintas, un tanto similares en los últimos años, vienen de una conversación de años atrás que fue retratada con mucha originalidad en Funny Games de Michael Haneke de 1997, y que creemos se retoma, de alguna manera, en Infinity Pool de Brandon Cronenberg.
Imagen de ‘Triangle of Sadness’ / Foto: NEONInfinity Pool y Funny Games
En Funny Games, una familia va a su casa de verano para pasar las vacaciones. Aquí conocen a dos jóvenes que con insistencia acuden a la casa hasta que se revelan sus intenciones violentas. Bajo torturas físicas y mentales, estos dos sujetos lastiman a la familia por el placer de hacerlo, porque pueden, porque en ese momento tienen un poder absoluto sobre sus vidas.
Funny Games no es una película de terror per se, pero es una de las historias más aterradoras jamás contadas: la violencia por la posibilidad que otorga el poder.
Ahora bien. Las películas que hacen una crítica a las clases altas y sus formas de manejarse, nos hacen entender que el dinero es lo que otorga el poder, la riqueza extrema les permite comportarte se maneras brutales. Y no es una mentira, porque sucede de maneras explícitas en nuestra realidad.
Sin embargo, lo más interesante de Funny Games de Michael Haneke es que se plantea la idea (aún más aterradora) de que el poder existe con o sin el elemento monetario.
El poder nace cuando la moral de una persona es nula frente a la de alguien más. Y así, como en Infinity Pool, la cruda realidad es esta: una pistola en mano apuntado a matar debería ser invaluable en el sentido de que una vida le pertenece a quien apunta. ¡Hablamos de una vida humana!
Pero no lo vemos así. Bajo el capitalismo, el valor de las personas radica en sus bienes económicos y materiales, y entre menos tenga una persona, menos valor tiene. Por ende, las consecuencias de los actos de violencia contra una víctima de clase baja habrían de ser mínimas, especialmente si el victimario tiene más posesiones.
Y con esa premisa se maneja Infinity Pool (como una mezcla entre las críticas actuales y la idea de Haneke). Para Cronenberg, no se puede hablar de opulencia sin mencionar el poder, pero ese poder también se distingue entre las clases altas que tienen menos dinero. En pocas palabras, cuando un rico es más rico que el otro. Y de ahí vienen muchas otras perversiones.