Un año de prisión y 223 latigazos por "insultar a santidades islámicas" y mantener "relaciones ilícitas". Es la condena dictada por el tribunal de apelación iraní contra el cineasta Keywan Karimi, reconocido a nivel internacional por su obra. La corte ha rebajado la pena original de seis a un año de prisión, y mantiene la flagelación.
¿En qué se traducen los supuestos "delitos" cometidos por Karimi? El de "insultar a santidades islámicas" se debe a un videoclip musical que las autoridades encontraron en el disco duro de su ordenador. El cargo de "relaciones ilícitas sin llegar a adulterio" se presentó contra él por "dar la mano" a una mujer "que no tenía la cabeza y el cuello cubiertos" y "estar bajo techo" con ella.
El Código Penal Islámico de Irán, aprobado en mayo de 2013, tipifica como "delitos" actos imprecisos, como "difundir propaganda contra el sistema", "provocar inquietud en la opinión pública", "insultar a santidades islámicas" y "difamar a funcionarios del Estado". Estos "delitos" tan mal definidos se utilizan a menudo para restringir el ejercicio pacífico del derecho a la libertad de expresióny van en contra de las obligaciones internacionales contraídas por Irán.
Tanto la detención de Karimi como su juicio estuvieron llenos de irregularidades y no cumplió las normas internacionales sobrejuicios justos. De momento, el cineasta todavía no ha ingresado en prisión. Si finalmente es encarcelado por cargos relacionados con sus actividades pacíficas, será considerado preso de conciencia.
Keywan Karimi ha dirigido 12 películas documentales y de ficción. Su documental La Frontera rota fue galardonado con el premio al mejor cortometraje documental en el Festival Internacional de Cine de Beirut de 2013. Otra película suya, La aventura de una pareja casada, se ha proyectado en los festivales de cine de Friburgo, San Sebastián y Zúrich.
Amnistía Internacional