"EL PACTO" ("THE COVENANT", REINO UNIDO - ESPAÑA - ESTADOS UNIDOS, 2023) DE GUY RITCHIETestosterona en estado puro, esta es la manera más sencilla y eficaz de describir esta cinta de Ritchie, que como ya he comentado antes, desde que salió de las garras de Madonna y Disney ha vuelto a ser el de antes, nada de efectos especiales feos, nada de progresismo, nada de tonterías actuales, ha vuelto a ser el de antes pero con una evolución en su cine, con
una cinta que recuerda mucho a la también testosteronica "Wrath of Man", con hombres de honor que se respetan y cuidan unos a otros, con pactos no hablados que deben cumplirse simple y llanamente porque son hombres, y ello los obliga a tener palabra, a tener honor, a no descansar hasta cumplir sus deudas, a dejar de vivir cuando se sabe que no se ha cumplido como hombre, a ser incapaz de vivir con esa vergüenza, Ritchie apela a esa hombría que siempre han tenido sus cintas, a esa masculinidad "tóxica" tan popularmente criticada en la actualidad, pero que despierta un sentimiento de humanidad que evoca lo más profundo del ser, y que nos vuelve humanos.
Desde el inicio con esa escena llena de tensión donde una situación común se perfila para terminar de la peor manera, cual si fuera un día cualquiera en "The Hurt Locker" y hasta la persona más imprescindible es tu peor enemigo, después del cruento final inicial, el sargento John Kinley (Jake Gyllenhaal en otra actuación destacada) busca un traductor-interprete para seguir buscando explosivos en Afganistán en plena guerra contra los talibanes, ahí se topa con el eficiente pero rebelde Ahmed (impresionante Dar Salim) quien será de muchísima ayuda para descubrir a los talibanes por el conocimiento del tema, después de todo sabe quienes están contra ellos, quienes trabajan con ellos, y quien esta amenazado, y porque además, tiene su propia historia con ellos, una que resulta doloroso aunque se afronte de la forma más macha posible, con una sola alusión, y la mención de unos hermosos ojos azules como halago varonil.
Cuando estamos viendo esta interesante historia de guerra con traiciones y momentos de suspenso llega una impactante escena de lucha que termina de forma nada convencional y da paso a esos 100 km recorridos qué apelan al mejor cine de suspenso épico, uno donde Ritchie de verdad nos pone en la piel de esos dos hombres, incapaces de darse por vencidos o de traicionar sus ideales, para dar paso a ese drama psicológico que viven miles de soldados, con Kinley incapaz de vivir, de dormir, y en lucha constante contra el sistema para cumplir la deuda personal que ha tomado sin que nadie se lo pida, hasta que su tolerante mujer (Emily Beecham aprovechando el poco tiempo en pantalla) lo empuja a lo único que lo librara de ese infierno, no sin antes advertirle que debe volver vivo, y con una parte final llena de suspenso y acción donde la música de Chris Benstead y la dirección de Ritchie brillan, con esos momentos finales donde las miradas, un gesto, una mano temblorosa... dicen más que mil palabras, y donde todos pagan sus "covenant" cueste lo que cueste, aunque a veces deban exigirse, y otras veces ni se pidan.
Y es que Kinley esta obsesionado con cumplir su deuda, y para ello cobra otras de forma firme mientras los demás solo asienten con la mirada (Jonny Lee Miller), o le dan a escoger decisiones suicidas por no esperar un par de días, aunque al final lleguen cual infantería de cinta clásica para soltar líneas que aunque sencillas se sienten devastadoras en su significado, en esa admiración, en el respeto, en el estima por estar ante seres humanos de ese calibre, todo esto filmado además por Ritchie de forma seria y profesional, casi desapareciendo detrás de la cámara, pero siempre sabiendo que toma hacer o donde poner la cámara, dejando que la historia coescrita por el mismo y los personajes sean los que tomen protagonismo, con persecuciones y balaceras filmadas de forma impresionante, y con los suficientes cambios de perspectiva y experimentación para hacer que uno mantenga el interés total de manera constante, sin caer nunca en los excesos fílmicos actuales, de tal forma que parece que uno asiste al cine de guerra de antaño pero con medios actuales.
Al final uno termina visiblemente encabronado y lastimado, cuando aparecen las leyendas finales - y esas fotografías -, por esa decisión horripilante de Biden de dejar a todos esos intérpretes y aliados ser torturados y asesinados por los talibanes al abandonarlos, una traición sin nombre, una crítica dolorosa a EU, no a sus soldados y ciudadanos, sino al siempre inoperante e inhumano gobierno, por lo menos aquí Kinley por fin podrá descansar, después de decenas de días sin dormir, al cumplir, por fin puede cerrar los ojos y estar tranquilo, por fin está en paz consigo mismo, con su hombría, con su humanidad, con su humanidad, con su espíritu, con ese enlace humano espiritual que espero nunca desaparezca, y que queda claro en esa mirada a la que sigue el recargo de la cabeza cerrando los ojos, su Covenant ha sido respetada.Calificación: Muy Bien
