OJO BLANCO (WHITE EYE, ISRAEL, 2019) DE TOMER SHUSHANEn Israel Omer encuentra una bicicleta que no puede ser otra que la que le robaron, de inmediato se dispone a recuperarla, pero resulta que la bicicleta ya es de alguien mas, alguien que trabaja en el local donde se encuentra con candado afuera el medio de transporte, despues de alegar durante un rato el chico que compro la bicicleta robada huye hacia dentro, Omer lo busca junto al dueño del lugar y todo termina con un pandemónium con todo y llegada de la policía, como el pobre diablo se encuentra indocumentado ya sabemos como termina todo, y por supuesto el dilema moral que nace en nuestro protagonista que buscando justicia termino causando un daño mucho mayor que el que él mismo había recibido.
Más alla de la historia que es una interesante critica a las relaciones humanas y pone de por medio una problemática actual, lo cierto es que lo mejor de la cinta es la forma en que esta grabada, en un solo plano secuencia donde la cámara se acerca y aleja de la mejor manera, y que sigue a los actores por todos lados, ya sea en las calles, dentro de los locales, o hasta en los carros, el cuidado que tiene en la puesta en escena, la manía en los detalles y los tiempos, el ritmo de la narración, todo ese eleva una cinta con elementos puramente cinematográficos, una buena historia contada de la mejor manera usando el cine para terminar inmersos en el cine en estado puro.
Calificación: Muy Bien