"STRIPTEASE" ("ÍDEM", EU, 1996) DE ANDREW BERGMANAl iniciar su carrera Demi Moore fascino a todos con su cara de niña buena y pinta de no quebrar un plato, ya en los noventa su carrera cambio sacando provecho de su sensualidad en no pocas películas casi eróticas donde lucia y presumía su belleza ya no solo en su rostro sino en su cuerpo, algo que no tiene nada de malo por supuesto, algunos otros han vivido del cuerpo de gimnasio o una sonrisa, pero esto lo llevo al limite cuando grabo la cinta que ahora nos concierne, doce millones de dolares en aquella época era un dineral, más aun para una mujer, claro que los productores estaban conscientes de que querían y cual era su target, para ello maquillaron lo que es todo el chiste de la película en si, los bailes y desnudos de Moore, de una trama bobalicona con exmarido maleante (Robert Patrick) y congresista depravado (Burt Reynolds) a quienes debe derrotar para recuperar la custodia de su hija (Rumer Willis).
Pasando por múltiples personajes caricaturescos, que si un juez casi salido de los looney tunes, que si un detective (Armand Assante) cuyo hijo casualmente encontró el caso que ahora le asignaron, con un guardaespaldas a la moda (Ving Rhames) y hasta el asistente malo maloso que amenaza pero jamas actúa, por ahí también aparece como matón un galán de telenovela haciendo el ridículo, pero aunque la cinta es desastrosa no es lo peor que ha sucedido como apuntan algunos, es cierto que la trama es ridícula, y que Moore paso demasiado por el gimnasio antes de la película, pero debemos aceptar que estamos ante una cinta que solo exploto a Demi Moore en sus mejores años, con una trama que es morbo y poco más, la historia es ligera y sin sentido, pero nunca se toma en serio, siempre se maneja con sentido del humor, es una ridiculez extravagante, y aunque a veces se pasa de simple se toma lo que es, una película serie B con nombres rimbombantes nada más.
Eso si, lo que nunca embona es la seriedad de Demi que se tomo con un profesionalismo un papel que pedía a gritos ser ridículo, la actriz se toma demasiado en serio la historia y su "contenido social", algo que contrasta con Reynolds y Patrick que si entendieron que están en una caricatura de carne y hueso, eso y que le falto mas cachondeo, porque nadie se queja de ver a la luchona Erin, es decir a Moore, bailando varias veces enseñando pierna, nalgas y pechos perfectamente cincelados con bisturí, pero para una película así de ridícula, con una trama cachonda de congresista fetichista le falto más riesgo, más locura, más sexo, casi casi uno termina viendo una historia de empoderamiento donde esta mal ver a la mujer desvestirse, no sin antes desvestirla claro, que por su moralina no podría llamarse Striptease.
Calificación: Churrito