Carmen Castillo Travieso
“No voy a reconocer el resultado de las elecciones venezolanas porque no son democráticas ni limpias”Palabrejas del Juan Manuel Santos arrogándose su situación de suela como fiel devoto de los intereses hegemónicos del actual gobernante imperial Donald Trump y su continuo acoso de presiones económicas, política por reconquistar lo que ya no es, ni será más su patio trasero…léase Venezuela.
El descrito sujeto Juan M Santos, lanzó su cínica e irresponsable declaración, junto a sus pares de la extrema derecha americana, española ex presidentes, y presidentes latino americanos, quienes han dejado, y dejan mucho que desear en cada uno de sus países. Particularmente en el plano de los Derechos Humanos. Solo en Colombia recién se encontraron 9 mil cadáveres, distribuidos en 5 mil fosas comunes, y ya, en lo que va del año 2018, alcanzan a 100 los campesinos asesinados por las fuerzas del orden público durante la gestión presidencial de Santos.
Juan Manuel Santos se atreve a decir que no reconocerá la voluntad de millones y millones de venezolanos que sí saldremos a votar.
Pero si en su país los últimos comicios parlamentarios, fue un evento público y notorio calamitoso lastimoso. Por ejemplo la Registraduría Nacional de Colombia ordenó en el pasado evento electoral fotocopiar las boletas porque se “habían agotado, a pesar de que la abstención superó el 50 %”.
A propósito de la moral de Santos…
Reconocido es que autoridad moral, en lenguaje ético o político, se refiere al estatus de ser respetado por su trayectoria moral en defender y seguir un estándar de justicia o de bondad reconocido universalmente…
Es que ese fulano mandatario no tiene ninguna autoridad moral, ‘porque ese fue el mismo Juan Manuel Santos, que siendo Ministro de Defensa Colombia dio la orden a las fuerzas especiales y tropas, que desembarcaran de los helicópteros artillados para localizar y asesinar cobardemente al Comandante de las FARC, Alfonso Cano cuando se hallaba solitario en medio de un matorral el 4 de noviembre de 2011.
Alfonzo Cano era jefe del Secretariado de la FARC y participaba en reuniones por el auspicio del proceso de paz.
Juan Manuel Santos entonces ministro de Defensa colombiano pretendió justificarse con el infortunado argumento presidencial, según el cual, su orden de matar a Alfonzo Cano, obedeció al hecho de “estar en guerra”. Machacada confesión que no excusa las flagrantes violaciones a las leyes de la guerra.
Transgredió el artículo 4 del Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra, de obligatoria aceptación en los conflictos armados: quien haya dejado de participar en las hostilidades, tiene derecho a que se respete su persona y a ser tratado con humanidad en toda circunstancia. ¿Acaso Alfonso Cano no lo era?
Más bien Juan M Santos, tras conocerse la noticia, no sólo reconoció haber llorado de felicidad al enterarse·, sino que a medida que su soberbia fue creciendo, se dedicó a publicar que la orden había sido emitida directamente por él.” Tal como lo testimonian fuentes, documentos de comprobada credibilidad entre ellos el expuesto por Timonchenko Jiménez .
Como se ve, se conoce, que la bondad y justicia patrones que universalmente signan la autoridad moral, brillaron, brillan y seguirán brillando por su ausencia en este cínico y cobarde Presidente cipayo. Anuncios