Ignacio Escolar escribe, una vez más, blanco sobre negro al analizar la doble moral con la que las instituciones europeas abordan las ayudas a la banca y la quiebra técnica de Grecia. Los abusos de las entidades financieras se disculpan y sus agujeros se tapan con dinero público, sin exigir nada a cambio; la bancarrota de Grecia, sin embargo, se ceba sobre su ciudadanía, a la que se terminará por ahogar, endeudada hasta el cuello por una crisis de la que son víctimas, aunque nada tengan que ver con su origen. Increíble, pero cierto.