La actividad comenzó como un juego. Todos en el suelo, con una gran hoja de papel y un rotulador de nuestro color favorito. Sólo hay una condición a cumplir: nada más podemos hacer círculos. Cuando la seño lo indica le pasamos el folio al compañero de al lado. Hubo momentos de caos, folios para una lado, para el otro, ¡ qué lio !.
Esta es una muestra de algunos trabajos. Círculos y más círculos, de todos los tamaños y "formas", de muchos colores, ...
Otro día hicimos un juego con números, círculos y pintura. Cada uno elegía un número del uno al tres y dibujaban tantos círculos como el número elegido y del color que querían.
Esta semana hemos dejado atrás los círculos y hemos comenzado con los cuadrados. Hemos partido del cuadro de Paul Klee.
Paul Klee, Sonido antiguo, 1925.
Todos tienen que pintar los cuadrados de su ficha, intentando que no coincidan dos cuadrados del mismo color juntos (aunque ésto les costó un poquito más). Van pasando de mesa en mesa, según el color que prefieren o que está disponible.
Con esta actividad hemos disfrutado con la pintura y su colorido. Hemos aprendido a esperar, compartir, organizarnos...
Una vez secado y recortado, así nos ha quedado nuestra particular
obra de arte con toques primaverales para decorar nuestros pasillos.