Desde 2007, catorce países de África forman parte de una masiva campaña de salud pública con el objetivo de circuncidar a unos 20 millones de varones para el 2015. La idea de que la circuncisión reduce el riesgo de VIH se remonta a 1986 cuando Valiere Alcena, ahora en la Facultad de Medicina Albert Einstein en Nueva York, observó que los hombres de Haití y África Central desarrollaban lesiones en el prepucio que servían como entrada potencial del virus.
Entre 2002 y 2007 se efectuaron tres ensayos randomizados en Sudáfrica, Kenia y Uganda. En los tres se apreció una reducción del riesgo del 60 por ciento. La OMS dijo que “era un hito importante en la historia de la prevención del VIH”. El programa actual pronostica que esta iniciativa, que costará unos 2.000 millones de dólares, puede reducir la incidencia del sida del 30 al 50 por ciento en una década, lo que a cambio ahorraría 16.000 millones.
Algunos críticos, como Jonathan Kabanda, de la Sociedad de Salud Familiar en Livingstone, alertan de que la campaña puede dar a los circuncidados una falsa sensación de seguridad, y multiplicar sus prácticas de riesgo sin protección, algo que han mostrado algunos estudios. “Podría tener el efecto opuesto al buscado”, añade Garenne. Y sería peor para las mujeres, pues según Erika Layer, de la Universidad Johns Hopkins, “las mujeres -y también muchos varones- sobreestiman los beneficios de la circuncisión y creen que el riesgo es más bajo de lo que en realidad es”.
El debut sexual precoz y las parejas sexuales múltiples se asocian con la pobreza. Un programa piloto en Malawi demostró que las mujeres jóvenes que recibían transferencias en efectivo para asistir a la escuela tenían una menor incidencia de VIH debido al retraso de la actividad sexual, tenían menos y más jóvenes parejas y una menor probabilidad de caer en la prostitución. También eran más propensas a continuar con sus estudios y a evitar el matrimonio infantil. Una educación sexual más profunda, basada no sólo en el preservativo, sino en otros valores familiares y de salud, debería también acompañar a estas acciones globales.