Revista Cine

Cirkus Columbia, Bosnia-Herzegovina 2010

Publicado el 13 mayo 2011 por Cineinvisible @cineinvisib

Tras la caída del comunismo Divko decide abandonar Alemania y regresar a su país natal, Yugoslavia. El protagonista abandonó años atrás a su mujer y a su hijo pero ahora quiere recuperar su casa, aunque para ello tenga que ponerlos de patitas en la calle de la noche a la mañana. Vuelve triunfante al pueblo que le vio nacer y quiere exhibir su nueva situación. Llega en un flamante coche moderno acompañado de su compañera, 20 años más joven que él, por supuesto. Lo que ignora es que la fecha de su regreso no es la más adecuada, dado que estamos a principios de 1991, en vísperas de la guerra de los Balcanes.

Cirkus Columbia, Bosnia-Herzegovina 2010

Danis Tanovic vuelve a tratar el tema de la guerra en su cuarta película, a través de la adaptación de la novela homónina de Ivica Djikic, con un tono muy próximo a En tierra de nadie (2001), su mayor éxito hasta el momento. El director posee la envidiable capacidad de mezclar las situaciones más trágicas con el humor más absurdo, bañar las escenas con unas gotas de  nostalgia y despertar en el espectador un cariño especial por todos sus personajes (Miki Manojlovic, actor habitual de Emir Kusturica y Mira Furlan, conocida por la serie Lost, están impecables en unos personajes alejados de sus roles habituales).

Cirkus Columbia, Bosnia-Herzegovina 2010

Pero lo más sorprendente e interesante de la historia es el progreso en el clima de tensión que se va instalando en el pueblo. La película termina antes de que comience el conflicto pero hay pequeños detalles, los que separan la frágil y delgada frontera entre la paz y la guerra, un comportamiento inhabitual de los vecinos o un cierre de ventanas, para ignorar las injusticias que se producen en frente, que son sus signos premonitorios. Ese sería el momento oportuno para actuar, después será demasiado tarde para intentar frenar la rodada maquinaria de la guerra.

Cirkus Columbia, Bosnia-Herzegovina 2010

Una excelente película de un protagonista más apegado a su gato, desaparecido en una de sus correrías nocturnas, o al tiovivo del pueblo que da título a la película, que a las personas que le rodean. Un personaje que no se da cuenta que los tiovivos sólo giran alrededor de sí mismos sin llevarnos a ninguna parte y además, por desgracia, su preferido está construido con cadenas.



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