Esta operaciones se realizan para conseguir que el aspecto de la mama operada por cáncer sea lo más normal posible, sobre todo en aquellos casos en que se hace mastectomía. Cuando no se realiza la mastectomía se pueden utilizar técnicas especiales, denominadas cirugía oncoplástica que explicaremos en otra entrada del blog. Se pueden realizar en el mismo momento de realizar la mastectomía que es lo ideal ya que la paciente se despierta de la intervención con una sensación de normalidad que evita la experiencia de verse con la mama amputada con lo cual el beneficio psicológico es evidente. Cuando esto no es posible, la reconstrucción se lleva a cabo con posterioridad a la cirugía primaria, después de que la paciente haya completado el tratamiento complementario indicado por su ginecólogo o su oncólogo y que puede ser quimioterapia, radioterapia, terapia con hormonas, o terapia biológica.
Existe una tercera posibilidad llamada reconstrucción inmediata diferida que consiste en colocar un expansor de tejido debajo de la piel durante la mastectomía para preservar el espacio para el implante, y que realizamos cuando no es posible colocar sin más esperas el implante en lugar del expansor. Cuando se ha finalizado el tratamiento oncológico procedemos a cambiar el expansor por el implante definitivo.
Varios estudios han demostrado que la reconstrucción del seno no tiene ningún tipo de incidencia en la probabilidad de
volver a tener cáncer de mama, tampoco se ha demostrado una relación clara con enfermedades autoinmunes y reumatológicas. Su utilización está aprobada en todos los países Europeos.
Las nuevas técnicas quirúrgicas de cirugía plástica permiten crear una mama muy similar a la no operada lo cual permite mejorar la calidad de vida de la paciente que podrá enfrentarse de una forma más positiva a la enfermedad y llevar una vida social y sexual más activa.
La reconstrucción de la mama se puede llevar a cabo con diferentes técnicas. Una posibilidad es mediante tejido de otra parte del cuerpo (músculos de la espalda o del abdomen también con la utilización de grasa de otras partes del cuerpo). Otra posibilidad es utilizar implantes basados en silicona o soluciones salinas que se realiza en dos etapas, en una primera el cirujano coloca un expansor que va rellenando con solución salina en las visitas que se realizan, cuando el tejido del pecho ha sanado y se ha expandido entonces se reemplaza el expansor por el implante. Siempre existe, además, la posibilidad de realizar una reconstrucción del pezón y la areola. En general se considera que el tejido del pecho estará sanado entre 6-7 semanas y 6 meses después de la mastectomía. Si la otra mama no mastectomizada es demasiado grande, pequeña o está caída, puede ser necesaria una cirugía adicional en la misma para conseguir un resultado simétrico.
Un tema a tener en cuenta a la hora de tomar una decisión sobre la reconstrucción es saber si se va a recibir radioterapia o no, en caso afirmativo se debe tener en cuenta que esta terapia puede dañar la reparación quirúrgica de un seno en el que se colocó un implante. También existen problemas médicos asociados, como obesidad, hipertensión, o tabaquismo que pueden ser un motivo para retrasar la reconstrucción.
La mujer que se ha realizado una cirugía reconstructiva debe someterse a controles médicos que le indique el cirujano ya que se pueden detectar complicaciones meses o incluso años después de la intervención. Estos riesgos serían los propios de cualquier cirugía, como hematomas, cicatrices patológicas o problemas anestésicos que, aún siendo poco probables, siempre cabe una mínima posibilidad de que pasen.
Es importante que tengáis en cuenta que esta información no puede, ni pretende, sustituir la información proporcionada individualmente por el ginecólogo quien se encargará de aclarar todas las dudas que podáis tener.