Papel crucial de los espejos en la película
*Trama: Las dos películas giran en torno a un personaje del mundo del espectáculo, los sacrificios que sufre con tal de dedicarse plenamente a su profesión y la degeneración tanto física como psicológica que esto conlleva. La historia no termina aquí, sino que mezcla géneros de modo que las películas se adentran en los terrenos del drama personal y social (The Wrestler) o del terror psicológico (Cisne negro).
*Dirección: En ambas, Aronofsky apuesta por un estilo cercano al documental, haciendo un marcado uso de la cámara al hombro y la steady cam. Así, consigue que los espectadores acompañemos en todo momento al protagonista y seamos partícipes de su sufrimiento, con escenas verdaderamente crudas.
*Actores: Buena parte del peso de estas dos películas recae sobre su actor principal. La historia gira en torno a un protagonista que atraviesa momentos difíciles que le dejarán huellas físicas y psicológicas, lo cual le irá transformando junto al desgaste que supone su profesión. Aunque les acompañen secundarios de la talla de Marisa Tomei, Evan Rachel Wood, Mila Kunis, Winona Ryder o Vincent Cassel, éstos no tienen demasiado espacio para lucirse, menos aún frente a las arrolladoras interpretaciones de Mickey Rourke y Natalie Portman.
*Ambientación: Aspecto crucial de estas dos películas, que ofrecen un retrato nada convencional del mundo en el cual se desarrollan. Cisne negro refleja la crueldad, competitividad y trastornos presentes en el aparentemente virtuoso mundo del ballet clásico, mientras que The Wrestler muestra una imagen profundamente humana y desmitificadora de los circuitos de lucha libre (sencillamente brillantes las secuencias de los vestuarios, con un nivel de compañerismo insólito).
*Música: El compositor Clint Mansell introduce una serie de arreglos a partituras ya existentes para adaptarlas con éxito a la narración, como prueban el empleo del clásico El lago de los cisnes o de conocidos temas del rock de los 80 en The Wrestler.
El triunfo de Rourke
Tanto Cisne negro como The Wrestler suponen dos propuestas más que interesantes de un director de marcada personalidad, aunque a mí particularmente me guste más el título protagonizado por Mickey Rourke, que todavía hoy sigue impresionándome y ha influenciado la labor de Aronofksy como productor en The Fighter.
Después de estas dos películas, Darren Aronofsky preparaba el rodaje de la secuela de Lobezno (una elección bastante extraña dado su estilo), pero hoy se ha hecho público su abandono del proyecto por motivos personales. Se rumorea que tal vez The Tiger, con Brad Pitt, se encuentre entre sus próximos trabajos, pero de momento podemos disfrutar con los detalles de The Wrestler y Cisne negro.