Revista Cultura y Ocio
REGRETS OF THE DYING(Traducción directa del post)
Durante muchos años trabajé en cuidados paliativos. Mis pacientes eran aquellos que habían dejado su hogar para morir.
Las personas crecen mucho cuando tienen que enfrentarse a su propia mortalidad. Aprendí a no subestimar nunca la capacidad individual para el crecimiento. Y algunos cambios son extraordinarios. Cada persona experimenta diversas emociones, como era de esperar, negación, ira, remordimiento, más negación, y finalmente, aceptación. No obstante, cada paciente encontró la paz antes de partir. Cada uno de ellos.
Cuando preguntamos sobre las cosas de que se arrepentían o hubieran hecho de forma diferente, algunos temas surgían una y otra vez. A continuación comento los 5 más comunes:
1. “Me hubiera gustado tener el coraje de vivir una vida más auténtica, no la vida que otros querían que tuviera”
Este era el arrepentimiento más común de todos. Cuando la gente es consciente de que su vida está casi finalizada y miran hacia atrás con claridad, es fácil ver cuantos sueños se esfumaron sin realizarse. La mayor parte de las personas no hicieron honor ni siquiera a la mitad de sus sueños y tenían que morir sabiendo que esto había sido motivado por las decisiones que se tomaron, o por las que no se tomaron.
Es muy importante tratar de realizar alguno de los sueños de nuestra vida. Porque, en el momento en que perdemos la salud, ya es demasiado tarde. La salud conlleva una libertad que muy pocos aprecian, hasta que dejan de tener esa salud.
2. “Ojalá no hubiera trabajado tanto”
Este era típico de los pacientes masculinos que atendí. Se perdieron la infancia de sus hijos y la compañía de su pareja. Las mujeres también se refirieron a esto, aunque al pertenecer a una generación anterior, muchas de ellas no habían tenido que trabajar para levantar a su familia. Pero todos los hombres que cuidé se arrepintieron profundamente de haber pasado tanto tiempo sometidos a la rueda de molino que fue su trabajo.
Simplificando nuestro estilo de vida y haciéndonos conscientes de las elecciones que hacemos a lo largo de nuestro camino es posible no necesitar los ingresos que creemos necesitar. Y creando más espacios en nuestra vida, llegaremos a ser más felices y estar más abiertos a nuevas oportunidades, algunas más ajustadas a nuestro nuevo tipo de vida.
3. “Me hubiera gustado tener el coraje suficiente para expresar mis sentimientos”
Muchas personas suprimieron sus sentimientos a fin de estar a bien con otros. Como resultado, sentaron las bases para vivir una existencia mediocre y no llegar nunca a ser quienes ellos realmente podrían haber llegado a ser. Como resultado, muchas enfermedades se desarrollaron en virtud de la amargura y resentimiento que ellos se ocasionaron.
No podemos controlar la reacciones de los otros. La gente puede inicialmente reaccionar cuando cambiamos nuestra forma de ser, al hablarles honestamente, pero al final, esto eleva la relación hasta un nivel completamente nuevo y más saludable. Eso, o darnos cuenta de las relaciones insanas de nuestra vida. En cualquier caso, salimos ganando.
4. “Desearía haber estado más en contacto con mis amigos”
Las personas, a veces, no se dan cuenta realmente de todos los beneficios que nos aportan los viejos amigos hasta sus últimas semanas de vida, y no siempre es posible volver atrás. Muchos de ellos se vieron tan atrapados en sus vidas que dejaron escapar amistades íntimas con el paso de los años. Hubo muchos y sentidos arrepentimientos referidos a no haber concedido a los amigos el tiempo y el esfuerzo que merecían. Todo el mundo echa de menos a sus amigos cuando se está muriendo.
Es común, para cualquiera que tenga una vida ocupada, dejar que se pierdan las amistades. Pero cuando nuestra muerte está cercana, los aspectos materiales de la vida desaparecen. La gente quiere dejar sus asuntos económicos y financieros atados, si es posible. Pero no es el dinero o el estatus lo que realmente tiene importancia para ellos. Ellos desean dejarlo todo en orden por el bien de aquellos a quienes aman. Aunque frecuentemente están demasiado enfermos y cansados para realizar esta tarea. Al final, todo tiene que ver con el amor y a la amistad. Esto es todo lo que permanece en los últimos días de vida, amor y amistad.
5. “Ojala me hubiera permitido ser más feliz”
Este es un tema sorprendentemente común. Muchos no se dieron cuenta hasta el final de que la felicidad es una elección. Se quedaron atrapados, estancados, en viejos hábitos y rutinas. El llamado confort de lo familiar ahogó sus emociones así como sus vidas. El miedo al cambio les hizo fingir ante los otros, y ante sí mismos, sobre lo que realmente eran.
Cuando nos encontramos en nuestro lecho de muerte, lo que otros piensan de ti está muy lejos de ser una preocupación. Que maravilloso es poder dejarlo ir y volver a sonreír, mucho antes de que estemos muriendo.
La vida es una elección.
Es NUESTRA vida.
Elijamos con conciencia,
Elijamos con sabiduría,
Elijamos honestamente.
Elijamos la felicidad.
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