Nunca imaginé encontrarme a esta especie en la puerta de casa, en mi estuario. Nunca pude sospechar que estaría escribiendo hoy un artículo como este... Sigo tan incrédulo que todavía me cuesta asimilarlo. Pero ha pasado, y ahora puedo compartir mi alegría con vosotros.
Dicho esto, podéis haceros cargo de mi sorpresa cuando, durante la mañana del martes, vi aparecer en la lente de mis prismáticos una silueta que jamás había visto antes. La silueta de un ave muy similar a una gallina, o a un faisán. Cuerpo rechoncho y cuello alargado... Sin embargo, desde el principio barajé tres opciones diferentes: alcaraván, sisón común y avutarda, por este orden. En realidad, la segunda pasaría a ser la primera si no fuera por lo excepcional de la cita.
Para salir de dudas pedí confirmación, y no tardé en recibirla. Efectivamente, lo que yo estaba viendo en aquel momento era un sisón, un ave extremadamente rara en Galicia, y por ello una de las más buscadas por ornitólogos y aficionados. Verlo no es tarea fácil, pero verlo en el Baixo Miño es misión (casi) imposible.
El ejemplar observado en la isla morraceira das Varandas
El animal se movía como un fantasma entre los arbustos, a una distancia considerable y siempre a favor de los irregularidades del terreno, lo que complicaba aún más las cosas. La luz tampoco ayudaba, condicionada por la presencia de un espeso manto de niebla. Por fortuna, pude realizar varias fotografías, gracias a las cuales fue posible revelar la identidad del animal.
Se trataría de un joven en dispersión, un viajero en busca de nuevos territorios en los que establecerse. Un dato esperanzador para una de las aves más escasas y amenazadas de la Península Ibérica. Tal es la importancia del hallazgo, que representa el primer registro en décadas de sisón común en la comarca de O Baixo Miño.
El sisón común (Tetrax tetrax) fue declarado especie En Peligro de Extinción en abril de este mismo año. Por su parte, la situación en Galicia es crítica, con sólo siete machos reproductores detectados en el II Censo Nacional (2016) en la comarca de A Terra Chá, confirmándose su desaparición en la provincia de Ourense (A Limia), donde a duras penas lograba sobrevivir algún que otro ejemplar.
El sisón bien oculto entre la vegetación de la isla... ¿lo ves?
A nivel nacional, el declive de sus poblaciones se cifra en más del 50% en los últimos diez años. Las profundas transformaciones sufridas por los paisajes agrarios en que vive (áreas abiertas dedicadas al cultivo de secano, fundamentalmente), el incremento de los regadíos, la desaparición de los barbechos o el abuso de pesticidas son algunas de las causas que han llevado a esta situación.
Pero, ¿qué hace un sisón común en el estuario del Miño? Se pueden hacer miles de conjeturas... Lo cierto es que, probablemente, este suceso nos recuerde que hubo un tiempo - no muy lejano - en el que el sisón resultaba abundante no solo aquí, sino en buena parte del territorio español.
En una segunda y vespertina espera, con la mirada puesta en la isla morraceira das Varandas, pude constatar la complejidad que entraña la observación de esta especie. Su discreto plumaje, unido a sus lentísimos movimientos, le obligan a uno a emplearse a fondo, a concentrarse al máximo. Tardé casi una hora en localizarlo... A menudo desaparecía sin dejar rastro, para dejarse ver minutos después exactamente en el mismo punto. Tengo que reconocer que fue muy frustrante.
Permaneció un mínimo de ocho horas en nuestras marismas, y en estos momentos podría haber reanudado ya su marcha hacia un nuevo destino. Quizá tome rumbo este, hacia las Lagunas de Villafáfila (Zamora) donde tuve la suerte de verlo y fotografiarlo en varias ocasiones. Recuerdos todos ellos que guardo con mucho cariño. Pero nada comparable a disfrutar de una criatura tan glamurosa en tu propio local patch. No es el primero ni será el último, pero sí el más especial.