Una pregunta que planteo a menudo a las personas a las que acompaño es: «Si existiese una pastilla que eliminase todo tu sufrimiento, toda la sintomatología que sientes ahora mismo, que hicieses que no sintieras nada… ¿Te la tomarías? »
He hecho esta pregunta muchísimas veces y después de un breve silencio, la mayoría niega con la cabeza: No. No se la tomarían. Cuando les pregunto por qué, después de un momento de reflexión, responde algo así: “Si no notase nada, me sentiría como una piedra”, No sé cómo expresarlo, pero sentir ese dolor me hace ver que soy humano”, o “Si no sintiese añoranza y tristeza sería como si no la quisiera, como si no me importase su muerte”. “Aunque me duele mucho, me siento conectada con ella. Es como si a través del dolor pudiese seguir siendo su padre”.
Existe un pequeño porcentaje que afirma que sí tomaría esa pastilla. Suelen tratarse de personas que han perdido a un ser querido muy recientemente, que se encuentran en estado de shock o que acumulan una serie de pérdidas no elaboradas y a las que el sufrimiento ya les resulta del todo insoportable. Pero la mayor parte de las personas en duelo perciben que en la aceptación del dolor hay algo importante. Que vivir las emociones de la pérdida tiene un sentido, aunque no encuentren las palabras para descubrirlo. La sintomatología es normal, natural y humana, y además parece mostrarnos algo que tiene un valor."El mensaje de las lágrimas" (2014)
Alba Payás