Revista Opinión

Citizenfour: el testimonio de una de las mayores filtraciones de la historia

Publicado el 27 marzo 2015 por Gsnotaftershave @GSnotaftershave

Si alguien se sentara a ver Citizenfour –documental de Laura Poitras sobre la filtración de Edward Snowden que se estrena hoy en España- sin saber de qué trata se levantaría de la silla pensando que ha visto una magnífica película de ciencia ficción. Lo que pasa en realidad es que tardas en levantarte porque cuesta creer que no, que no es una película de ciencia ficción, que es un documental y que tú, de algún modo, formas parte de él.

Citizenfour da a los espectadores la oportunidad única de compartir habitación con la cineasta Laura Poitras y los periodistas del The Guardian Glenn Greenwald y Ewen McAskill, cuando estos se reúnen con Edward Snowden en el hotel The Mira, en Hong Kong, en junio de 2013. Muestra, pocos minutos después del primer encuentro entre los periodistas y el exanalista de la CIA y extrabajador de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), las primeras conversaciones tras meses de mantener correspondencia. De hecho, Citizenfour es el pseudónimo que elige Snowden cuando se pone en contacto con Poitras en enero de 2013 a través del correo electrónico usando un sistema de criptografía (PGP) que la documentalista ya usaba. Y es que esta estadounidense afincada en Berlín está en el punto de mira de las autoridades de su país desde que filmó My country, my country y The Oath, dos trabajos sobre la guerra contra el terrorismo, el post 11-S.

Durante las cerca de dos horas de documental asistimos a una de las mayores filtraciones de la historia: el programa de vigilancia masiva e indiscriminada de ciudadanos estadounidenses (y no estadounidenses, ¿recuerdan el teléfono espiado de Merkel?), empresas y gobiernos por parte de la NSA. El film graba cómo Snowden les va desvelando toda la información a los periodistas, la discusión que mantienen acerca de cómo debe filtrarse y a qué ritmo, así como también el momento de huida en busca de asilo político que lleva a Snowden desde Hong Kong hasta Moscú, ciudad donde hoy vive junto a su pareja, según muestra el documental.

Aunque el espectador ya conoce la historia que se cuenta en Citizenfour, gracias a la magnífica tarea de Poitras –que tuvo que convencer a Snowden para que accediera a su grabación- podemos conocer en vivo cómo fue esa filtración. ¿Cómo se produce un encuentro de este tipo? ¿Cómo decidieron cuándo saldría la información en los medios? ¿Por qué Snowden reveló su identidad pocos días después de la filtración? ¿Qué pasaba por la cabeza del joven cuando sabía que se estaba convirtiendo en el hombre más buscado? ¿Sabía alguien de su familia que iba a condenar su libertad para siempre?

El film no solo responde a todas estas preguntas sino que consigue que el espectador se cuestione muchas cosas sobre su vida diaria, desde el uso de las tarjetas de crédito, el GPS, las llamadas o los mensajes a través del móvil, el correo electrónico, las redes sociales…El nivel de paranoia existente en esa habitación del The Mira se traslada inevitablemente al espectador, que empieza a sentirse como en The Truman Show. Por este increíble trabajo, Citizenfour se ha llevado varios premios, entre ellos un Oscar, y el equipo de periodistas de The Guardian y The Washington Post que publicaron simultáneamente las filtraciones consiguieron un Pulitzer en 2014.

Esta película de no ficción tiene algo de película: y es que hay buenos y hay malos. La decisión de Snowden de convertirse en un whistleblower, de hacer sonar el silbato y compartir con el mundo la información que él tenía, aun sabiendo lo que ello le supondría, le convierte en un héroe que demostró su valentía e inteligencia –estudió hasta el mínimo detalle cómo haría esa filtración- enfrentándose a las autoridades de su país y poniendo entre cuerdas a Obama.


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