CiU, a la comunidad musulmana: “Si apoyáis la consulta, habrá mezquita”

Es más o menos el mensaje que se traslada desde la desnortada coalición a los musulmanes, desbocada en su huida hacia delante con un Artur Mas que financia esa academia sobre la que versó una reciente entrada y que acredita la catalanidad de Cervantes o Leonardo da Vinci. Una cosa es la tontería y otra bien diferente, lo que el Sr. Iglesias llama “la casta”; nadie en su sano juicio quiere apearse de la vida pública, que siempre ofrece un trabajo llevadero y bien remunerado, pero en el que la oposición tiene lugar cada cuatro años y el puesto lo dan las urnas; así las cosas, adquirir votos a bajo precio es buen negocio para los conspicuos de las diferentes formaciones, como es el caso. El leonés errante confirió carácter de matrimonio a la unión de dos homosexuales con los derechos civiles que conlleva, pero olvidó a una minoría de parejas heterodoxas que se vieron privadas de tales ventajas, tal sería el caso de dos amigos no gays, o de un hermano y una hermana que conviviesen juntos; claro que el colectivo homosexual supone una fuente significativa de votos y el resto de casos apenas resultan perceptibles en el cómputo final. Desde el PSOE se criticó a las multinacionales farmacéuticas por invertir escasas sumas en la investigación de enfermedades raras cuyos tratamientos no resultan rentables, pero apoyaron sin sonrojo a determinados colectivos en detrimento de otros y exclusivamente en función de los votos que representaban para su partido. Ahora el Sr. Mas hace lo propio y aprovechando el tirón de la libertad en Cataluña para la Fiesta Nacional, está dispuesto a convertir la Plaza de Toros de Barcelona en la myor mezquita de Europa. Si Sergio Leone dirigiera la película se titularía sin duda: “Por un puñado de votos”.