Tenemos lo que nos merecemos, y nunca mejor dicho. Artur Mas ha aprovechado el respaldo electoral en las urnas para dar una vuelta de tuerca más al desmantelamiento del estado del bienestar. Cada uno de los votos recibidos por CiU (Capitalistas Indignos Unidos) será utilizado a partir de ahora para legitimar el recorte de derechos sociales y servicios públicos, que creíamos universales y gratuitos. La CEOE se frota las manos porque Artur Mas cumple fielmente sus órdenes. Al fin y al cabo, juegan en el mismo equipo. Por supuesto, el “tijeretazo” se da a conocer dos días después de cerrar las urnas, demostrando una vez más que la política y la verdad no son buenas compañeras de viaje. Artur Mas se sentirá satisfecho porque la ciudadanía catalana le ha dado su confianza, pero en el fondo sabe que no ha sido ni transparente, ni honrado. Claro, que como tampoco tiene conciencia, no pasa nada. Basta con apelar al sentido común y al deber cumplido. El misterio consiste en saber por qué damos el voto a quien después nos jode la vida.