Volvemos a las andadas y cuando hay una crisis parece que retrocede todo. No sólo aumenta el paro, no sólo la pagan los que menos culpa tienen, no sólo los ricos hacen negocio con ella. Además, hay retrocesos sociales que se aceleran.
Y hablo de Sanidad, parece que el copago está acechándonos, por mucho que digan que no. Cada vez hay más apoyo a la Escuela privada mientras se rebajan los presupuestos de Educación desde el gobierno central y desde los autonómicos.
Pero no se salva casi nada. Por ejemplo, podemos hablar de la Memoria Histórica, ese déficit democrático que todavía no ha pagado esta democracia pacata y sectaria. También ahí se notan los retrocesos. El caso Garzón ha ocurrido en plena crisis, y no es casualidad. La crisis no es sólo económica, es social y el neoliberalismo, que tiene poder y lo sabe muy bien, no ceja en el empeño de ir trazando su camino barriendo obstáculos, hasta dejarlo convertido en un campo de negocios desideologizado, o mejor dicho logrando que la izquierda sea aplastada por esa ideología que dicen inocua y que es tóxica: el conservadurismo a ultranza y globalizado.
Nada más llegar al poder la derecha en Catalunya, además de haber avisado del grave recorte en los presupuestos de Sanidad, no ha tardado en que se le vea el pelo. Hablo en este caso de CiU que en la aplicación de sus políticas poco se diferencia de los peperos.
Y es que, la vicepresidenta del Govern y consellera de Gobernación, Joana Ortega (de UDC), ha decidido que el Memorial Democràtic se traslade al Museu d’Història de Catalunya, donde se celebrarán, desde ahora, todos los actos y exposiciones que se venían celebrando en la sede antigua.
Siendo esto grave, pues se le quita autonomía e identificación, necesarias para mantener en primera línea a la Memoria Democrática, (quedando dicho Memorial como un apéndice más dentro del Museo), lo peor viene después y es que ha cambiado el fin de dicho Memorial. Ha pasado de ser un ente que velaba por recuperar la memoria democrática, a homenajear a “todos los que sufrieron en la guerra civil y en la República”, sean del bando que sea. Entre sus palabras, entresaco estas frases:
'El Govern es el primer interesado en que la memoria se preserve y se difunda, y lo haremos de manera abierta, plural, científica y objetiva, porque no es patrimonio de nadie, sino de todos'.
‘Debe recuperarse tanto la lucha durante el franquismo a favor de la democracia y el autogobierno y también lo acontecido en el bando republicano entre 1936 y 1939’.
'La memoria debe ser el espacio común donde los demócratas nos encontremos'
Esta claro que esta señora no ha entendido nada, o mejor, ha entendido demasiado. Igualar a las víctimas de la masacre franquista con lo que ocurrió en un periodo democrático y constitucional como fue la II República, es una acción miserable que califica a quien lo cree, como ella misma; seguidora de las teorías conspirativas de pseudo-historiadores de la extrema derecha como Pío Moa, de Cesar Vidal y de otros que tal bailan.
Porque además, a la señora consellera hay que recordarla –aunque lo sepa y se haga la tonta— que si hubo desmanes durante la República fueron juzgados por tribunales constitucionales. Y por otro lado, que esas “llamadas víctimas franquistas” durante la guerra, ya han tenido todos los homenajes posibles. Cuentan con monumentos, con sus nombres reflejados por las iglesias y están todos reconocidos y enterrados.
Las víctimas que defendieron al orden constitucional, fueron asesinadas, vilipendiadas, torturadas, excluidas e ignoradas –en el mejor caso—, y muchas todavía están desaparecidas, las otras, las franquistas, han recibido honores, estancos, pagas extraordinarias y otras prebendas.
La consejera habla de igualdad entre ambos bandos y ambos periodos. Pero, eso significa igualar a golpistas y constitucionalistas, a víctimas y a verdugos.
Pues ya ven, no hay diferencias sensibles entre esta derecha autonómica y la del PP, y parecían que eran antifranquistas. Aunque como son de los que saben nadar y guardar la ropa, a lo mejor están pensando en que en un año el gobierno central sea del PP.
Salud y República