Después del éxito electoral del pasado domingo, Artur Mas prepara ya su elección como 129º presidente de la Generalitat catalana. Será previsiblemente después de las fiestas navideñas si se cumplen los plazos establecidos. En primera ronda deberá tener el apoyo como mínimo de 68 diputados, la mayoría absoluta del ‘Parlament’ que consta de 135 escaños.
La constitución del nuevo ‘govern’ y de la estructura inferior se realizará a la largo de enero, siendo febrero el mes de inicio del rodaje para el ejecutivo catalán. Mas ha expresado en numerosas ocasiones a lo largo de la campaña que quiere disponer de “los mejores” independientemente si son o no militantes o simpatizantes. En el desarrollo de esa primera fase de nombramientos de ‘consellers’ y de la segunda línea de mando, se podrá vislumbrar si se cumple esa premisa y, en función de cuáles sean las personas elegidas, se verá la línea de trabajo del nuevo ‘govern’. La existencia, o no, de una vicepresidencia (responsabilidad que reclama Unió para Duran i Lleida) será otro de las incógnitas a resolver.
Las primeras decisiones
Mas ya avanzó en la entrevista con NEGOCIO del pasado 28 de octubre, algunas de sus primeras decisiones de gobierno, aquellas que solamente requieren una voluntad política para ejecutarlas. Reducir la estructura de la Administración en un 20% como mínimo de manera muy rápida. Una de las disposiciones que antes entrarán en el Diario Oficial de la Generalitat será la supresión del impuesto de sucesiones así como la eliminación de la limitación de velocidad a un máximo de 80km/h en las entradas a la capital catalana.
Con una oposición muy debilitada y enfrascada en gestionar la crisis interna de sus respectivos partidos (léase PSC y el recambio a Montilla, y la contestación interna a Puigcercós en ERC), Mas podrá afrontar, después de conocer la situación real de las finanzas catalanas, un programa de lucha contra la crisis.
El gran derrotado, el PSC, después de haber cosechado los peores resultados de su historia reciente, ha decidido dar un paso adelante y jubilar a José Montilla que no aceptará el encargo popular para ser el jefe de la oposición. La estrategia de su partido pasa por proceder a un profundo recambio tanto de las personas como del programa que ofrecerá a su potencial electorado, a unos meses de unas elecciones cruciales para ellos, las municipales de la próxima primavera.
La ciudad de Barcelona
Otro escenario que se abre en el horizonte político catalán es la lucha por la alcaldía de Barcelona, después que los resultados electorales hayan confirmado lo que ya avanzaban las encuestas. Con una abstención de menos del 40%, el 36,3% de los poco más de 700.000 votantes han apoyado la opción de CiU (en 2006 fueron 50.000 votantes menos), mientras que el PSC ha pasado de tener 172.000 votos (24,3%) a 126.000 (17,8%) en 2010, tan solo 25.000 votos más que el PP (tan solo a 3,5 puntos de distancia). ICV, miembro del gobierno del consistorio baja casi tres puntos porcentuales, y ERC seis.
El doctor Xavier Trias (CiU) se perfila, después de cuatro años en la oposición como el nuevo alcalde de Barcelona. EL PSC duda entre presentar como cabeza de lista al actual alcalde, un Jordi Hereu desgastado, o bien apostar por la renovación y presentar otro candidato que ayude a remontar resultados, tal y como ya lo hizo en 2007 ante las malas expectativas que auguraba la candidatura del alcalde Clos. Ahora la opción pasaría por situar a Montserrat Tura, número dos en la candidatura de José Montilla al ‘Parlament’ y aún consejera de Justicia (antes lo había sido de Interior con Pasqual Maragall), aprovechando la amplia experiencia municipal de esta política, también doctora en Medicina. Recordar que fue alcaldesa de Mollet, una población cercana a Barcelona, durante 16 años (1987-2003).
Pactos con Madrid
La prioridad de Artur Mas pasa por rehacer el clima colectivo de desazón y encauzar la vitalidad catalana hacia la recuperación. Sus primeras palabras después de la victoria electoral fueron serenas y apelando al esfuerzo común para salir de la vía muerta actual, más allá de triunfalismos fatuos.
En ese escenario de recuperación de voluntades, deberá escenificar cómo su prioridad pasa por la economía. En este sentido, una objetivo de muy amplio consenso, como es el logro de un concierto económico ad hoc para Cataluña (de hecho, un gran pacto fiscal), puede concitar a sensibilidades políticas diversas en torno a un fin unitario. En este sentido, se vislumbra la figura de Heribert Padrol como gran experto fiscalista para negociar estos temas con Madrid. Padrol que fue alto cargo de la Agencia Tributaria, podría llegar a ser incluso el ‘conseller’ de Economía.
Las relaciones con el gobierno central y con la oposición (PSOE y PP) serán otro de los ejes principales en ese logro común señalado. Nada debería moverse antes de las próximas elecciones autonómicas y municipales de la próxima primavera. Por varias razones. Primero, porque Mas estará enfrascado en la gestión de sus primeros cien días. Segundo, las batallas locales impedirán la visualización de cualquier pacto. Tercero, un pacto con cualquiera de ellos tendría poco rédito. La probabilidad más alta, ya expresada por Mas, pasa por esperar a los comicios generales, previstos para el invierno de 2012, y en función de los resultados de los dos partidos políticos mayoritarios, negociar con mayor fuerza.
Revista Economía
CiU esperará a las generales para negociar con PSOE o PP
Publicado el 29 noviembre 2010 por Quim @Quim_MarquesSus últimos artículos
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