Revista Cultura y Ocio
China está reconstruyendo su historia visual al compás de su poderío económico. En Ciudad de vida y muerte (Lu Chuan, 2009) se trata de honrar la memoria de los sufrimientos del pueblo chino a manos de los imperialistas nipones en la toma de Nanking en 1937. La primera mitad es épica, de grandes planos generales, en plan ficción documentalizada en blanco y negro con ecos clásicos. La segunda parte se centra más en personajes concretos y sobre todo en las víctimas femeninas. China salda cuentas con sus invasores y rinde tributo a sus muertos y a su memoria. No en vano las atrocidades niponas en China fueron equiparables a las de los nazis en la URSS, aunque no huebiesen contado hasta ahora con una narración de altura. Apenas si teníamos imágenes de esto. Cuando hablemos de imperialismo nipón, desde el punto de vista chino, ya sabemos, a partir de ahora, con qué imágenes contar.