Revista Cultura y Ocio

Ciudad en llamas. Garth Risk Hallberg

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Ciudad en llamas. Garth Risk Hallberg
     "Por la avenida Once avanzaba un árbol de Navidad. O, mejor dicho, lo intentaba: se había enganchado en un carrito del súper abandonado en el paso de cebra, se sacudía y se erizaba y se estiraba, a punto de estallar. O así se lo pareció a Mercer Goodman mientras se empeñaba en rescatar la copa del árbol de la malla abollada del carro."
      Uno de los títulos más esperados por muchos era este. Casi sin tener clara la sinopsis ya teníamos curiosidad por sus letras, para qué vamos a engañarnos. Así que hoy traigo a mi estantería virtual, Ciudad en llamas.
     Conocemos a Mercer, un profesor de colegio caro, negro y que quiere escribir una gran novela, cuando carga con un árbol de Navidad junto a su novio William. Mercer ha descubierto que William pertenece a la sacrosanta familia Hamilton-Sweeney ya que la hermana de éste le ha dado una nota para él. Coincidencia es que se hayan cruzado, pero habrá muchas más a lo largo de la novela. También conocemos a Samantha y a Charlie, dos adolescentes que aparentemente poco o nada tienen que ver con los personajes nombrados, hasta que un tiroteo une a los cuatro.
     
     Ciudad en llamas llega tras batir todos los récords. Una novela de un escritor desconocido que ronda peligrosamente las mil páginas, acaba costándole dos millones de dólares al editor que se queda con ella.  A partir de aquí nos encontramos ante una suerte de fusión entre las críticas que recuerdan a la salida de El hijo de Meyer y la extensión y facilidad de lectura de El jilguero. Y, sobre todo esta última, nos hace empezar a perder el miedo a la extensión de la novela. Porque si algo nos demostró Tartt, es que somos capaces de olvidarnos de la extensión.
     La novela se desarrolla entre 1976 y 1977, de tal modo que comenzamos en una Navidad y finalizamos en el Gran Apagón. Sin embargo, la trama se irá desarrollando a lo largo de los años 70 para dibujarnos una ciudad castigada económicamente y repleta de barrios y calles que han perdido el lustre para convertirse en algo mucho más mundano y, en muchos casos, maloliente. Ya lo percibimos en ese primer párrafo en el que el árbol se encuentra con un carrito abandonado o cuando Garth nos habla de la casa en la que viven William y Mercer; nos va a presentar una ciudad ajada, no esa urbe deslumbrante que estamos acostumbrados a ver. El autor, llevando la contraria a uno de sus protagonistas, lo que hace en este libro es dibujar el pulso de una gran ciudad a la vez que nos presenta un misterio por resolver en forma de tiroteo. De hecho, casi al final, uno de sus protagonistas se pregunta si habrá alguien en algún punto mirando por la ventana y sintiendo exactamente el mismo dolor que él. Y nos descubrimos asintiendo porque Garth nos ha convencido página tras página de que todo está conectado. En una urbe tan grande, en la que parece que cada cual va a lo suyo, hemos descubierto que, no sólo cada acto puede tener una consecuencia, además, la gente puede estar conectada por ínfimos detalles que son los que forman el gran tejido de la sociedad en la que nos movemos.  Y para ello no sólo utiliza a estos cuatro personajes ya nombrados, sino que se apoya en los secundarios, sus historias y sus recuerdos que serán los que abarquen toda una década.
     Ciudad en llamas son casi mil páginas con unos interludios orquestados con tipos de letra y estética diferente que romperán de algún modo la monotonía que puede suponer una novela tan extensa. Se le puede achacar, por supuesto, que le sobran páginas y tal vez un poco más de fuerza en algunos momentos, pero eso es algo que se dice de casi cualquier libro con esta extensión incluso sin haberlo leído. El autor desarrolla su pensamiento de forma casi constante, poniéndolo en la cabeza de sus personajes, de tal modo que genera una atmósfera común en todos ellos como si pudiera saltar de cabeza en cabeza. Y lo hace con un estilo constante, como si se tratara de una conciencia común cada una parcelada en cada situación personal. Y lo agiliza, porque si nos basamos ahora en los personajes, se puede decir que tal vez si que hagan falta todas esas páginas para presentarlos.
     Recapitulemos: tenemos al aspirante a escritor negro y gay cuya relación de pareja es con un rico renegado que fue músico y ahora es yonqui, la hermana de éste que parece vivir sin hacer pie en la sociedad en la que ha permanecido, y los dos adolescentes (imprescindible Sam), hay un periodista que tiene mucho que decir y un padre con un curioso negocio, y si hay un tiroteo habrá policía... Volaremos sobre relaciones cotidianas, regalos y recuerdos, secretos, dramas, sentimientos y más secretos que irán formando el entramado de una historia cuya lectura es mucho más fácil de lo que habíamos pensado y, para cuando uno quiere darse cuenta, está preso de un final realmente estupendo. Al final, y pese a todo lo dicho, me faltan líneas para ir desgranando todo lo que sucede en el libro.
     Me ha gustado Ciudad en llamas. Es cierto que si uno se deja llevar por el entusiasmo con el que aterriza corre el riesgo de caer en uno de esos momentos en los que lo esperado se vuelve inalcanzable, y que parece ser el mal común de las fajas de los libros, condenar al lector a esa sensación. Personalmente me ha recordado levemente a Franzen, como comentaba en las redes al comenzar su lectura, aunque mucho menos depurado. Entiendo algunas de las comparaciones que he leído, aunque no comparto la mayoría, y, en todo caso, cada uno bebe de sus propias fuentes a la hora de establecer similitudes.
     Me ha parecido, en conjunto, un libro más que recomendable y, sobre todo, un autor al que seguir la pista, tanto por su ambición como por el resultado. No sé si figurará entre mis mejores lecturas, pero seguro que a lo recordaré a finales de año. Olvidad su extensión y llevároslo a casa.
     Las fajas son fuente de publicidad y de polémicas, de hecho @sigfrido1976 les suele dedicar su atención de una forma muy acertada en Lectura y locura. Mi duda es, ¿os fiáis de las fajas de los libros?
     Gracias
     Pd. Hoy sí, el book tráiler


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