Revista América Latina

Ciudad Juarez: dolor y miedo

Publicado el 18 abril 2012 por Goizeder Lamariano Martín

 

 

Ciudad Juarez: dolor y miedo

Foto de portada por: Jose Felix Garcia

Imagino que, al igual que muchos de vosotros, yo también escuché hablar por primera vez de Ciudad Juárez cuando hace unos años esta ciudad situada al norte de México, en el estado de Chihuahua, a orillas del Río Bravo, frontera entre México y la ciudad estadounidense de El Paso se hizo tristemente famosa por los numerosos casos de feminicidios.

Sin embargo, después de que los asesinatos, secuestros y desapariciones de mujeres, especialmente de niñas y de jóvenes, desapareciesen de los medios de comunicación me olvidé de Ciudad Juárez. Hasta que me enteré de que una periodista navarra, nacida en el Valle de la Ultzama, vivía allí, en la que en 2010 fue considerada la ciudad más peligrosa del mundo.

Y no solo vivía. También trabajaba, escribía, contaba. Daba voz a las víctimas, a los ciudadanos, al pueblo. A la gente de la calle, que se enfrenta no solo a la pobreza, la miseria, el olvido y el abandono. Sino, especialmente, al ejército, a la policía y, por encima de todo, a los narcos, a los traficantes de drogas de los cárteles de Sinaloa y de Juárez, que intentan controlar la frontera entre México y Estados Unidos para pasar la droga desde Colombia hasta Norteamérica.

 Se llama Judith Torrea Oiz y lo sigue haciendo. Sobre todo en su blog Ciudad Juárez, en la sombra del narcotráfico. Y ahora también en su libro, titulado Juárez en la sombra. Crónicas de una ciudad que se resiste a morir. Un libro que se publicó en abril de 2011, después de que Judith recibiese en 2010 el Premio Ortega y Gasset de Periodismo Digital.

Tanto su blog como su libro están llenos de historias cercanas, humanas, injustas, duras, tristes, dolorosas, crueles. Historias llenas de rabia, de impotencia, de sufrimiento, de violencia, de muerte pero, por encima de todo, de vida.

De la vida de todas esas personas que se resisten a abandonar su Juaritos natal, que se resisten a huir, a marcharse, ya sea a Estados Unidos o a otra ciudad mexicana. Que se resisten a abandonar a sus familias, sus amigos o sus negocios. Que se resisten a sucumbir al miedo que cada día les provocan las balas, las metralletas, los coches-bomba. Que se resisten a rendirse al pánico que les causan los secuestros, las desapariciones, los asesinatos, las extorsiones. Porque, por encima de todo, los ciudadanos de Ciudad Juárez son personas que se resisten a morir.

Y lo mismo le sucede a Judith Torrea. No quiere morir, no quiere callar, no quiere dejar de contar todo lo que se debe saber y no se sabe de Ciudad Juárez, de la llamada guerra contra el narcotráfico que el presidente de México, Felipe Calderón, inició en enero de 2008. Una guerra que ha llevado a la militarización de Ciudad Juárez, con la presencia constante en las calles de 8.000 soldados del ejército y 2.000 agentes de la policía federal.

Una militarización que, sin embargo, no ha impedido que en 2008, 2009 y 2010 fueran asesinadas cerca de 7.500 personas. Solo en 2010 se produjeron 3.111 asesinatos. Asesinatos en la mayoría de los casos de mujeres y de jóvenes. Casi niños. A los que la policía, el ejército y el Gobierno no han protegido. Y a los que una vez muertos se les acusa de ser pandilleros, de vivir en la calle, de pertenecer a bandas de narcotraficantes.

Esa es la guerra contra el narcotráfico. Una guerra en la que apenas mueren o son encarcelados los verdaderos asesinos, los verdaderos culpables. Los narcotraficantes de los cárteles de Juárez y de Sinaloa. Porque es más fácil acusar a las víctimas cuando han sido asesinadas con impunidad, con injusticia, sin protección. Sin nisiquiera preocuparse por conocer su verdadera historia. Eso es precisamente lo que hace Judith Torrea, hablar con los padres, los hermanos, los amigos, los compañeros de escuela de las víctimas. Desvelar quiénes eran, cómo vivían, cuáles eran sus sueños.

Ella da voz a las víctimas y acusa sin miedo, sin pelos en la lengua a los culpables. Los narcotraficantes pero, sobre todo, la policía federal y el ejército. Porque a pesar de los 10.000 militares y policías que patrullan las calles de Ciudad Juárez cada día, en cada asesinato, siempre llegan tarde, mucho después incluso de que lleguen los periodistas.

Judith comparte su dolor, su rabia, su impotencia, su desesperación, su tragedia, pero también sus ganas de luchar, de seguir adelante, de mejorar sus vidas y la de su ciudad, esa Juaritos a la que tanto aman, por encima de todo. Por encima del miedo y de la muerte. Comparte su fortaleza y el cariño a todos los muertitos. Esos muertitos que han convertido a Juaritos en una ciudad fantasma, sin vida, sin trabajo, sin esperanza. Una ciudad en la que en 2008 cerraron 200 negocios. En 2009, 350 y en 2010, 500. Por no poder pagar la cuota de extorsión.

Judith y los juarenses se resisten a morir. Si de verdad queréis saber qué ocurre en Ciudad Juárez, qué es la guerra contra el narcotráfico y, por encima de todo, cómo se transforma el horror en magia, la muerte en vida y el miedo en esperanza, os recomiendo fervientemente que leáis el libro y el blog.

 

Juárez en la sombra. Crónicas de una ciudad que se resiste a morir, de Judith Torrea

Título: Juárez en la sombra. Crónicas de una ciudad que se resiste a morirAutora: Judith Torrea Editorial:Aguilar Año de publicación: 2011Páginas: 199ISBN: 9788403101074

 


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