Por Miguel Gómez
Villarino.
Suelen considerarse, entre los factores que han propiciado
los cambios de las ciudades contemporáneas, algunos como la economía global, los
procesos tecnológicos y el gobierno público de las ciudades. Mientras que la
economía condiciona estrategias y procesos
sociales, y atañe a la función de los sistemas urbanos (las ciudades son
grandes condensadores de actividades, significadamente económicas) es la
tecnología (considerando la propia administración como racionalización
tecnológica del gobierno) la responsable del componente estructural y funcional
a partir del que evolucionan las ciudades, es decir, aquello que articula las «piezas» del sistema urbano, y le confiere unidad y funcionalidad como tal
sistema.
Bajo esta premisa, el artículo identifica los procesos
tecnológicos recientes más relevantes en una ciudad, en la voluntad de
esclarecer cómo es en su estructura la ciudad que se viene desarrollando en el
último siglo. En ese sentido, la toma para el análisis de una ciudad
latinoamericana, y en particular en un país con una iniciativa pública «relajada» como es el caso de Chile, presenta el interés particular de
presentar estos procesos «en crudo», de forma explícita, escasamente matizados
por la voluntad del común propia de las políticas de planificación pública y
urbana en Europa por ejemplo, que diluyen las tendencias inerciales de
expansión difusa, segregación espacial, etc.
Sobre la tecnología en relación las ciudades. Conceptos de «tecnología»
No es descabellado afirmar que las ciudades son, y cada vez
en mayor medida, el marco físico de las sociedades actuales. Ello, en la medida
en que la vieja dualidad campo-ciudad va quedando diluida por la progresiva
desarticulación del autonomismo de las sociedades rurales, que con el avance de
la industrialización y capitalización de bienes se ven progresivamente
empujadas, en casi todo el mundo, a la vida –más o menos informal- en las
ciudades; este proceso suele denominarse urbanización global.
En este sentido, y frente a los conceptos habitualmente
entendidos como «tecnología», se abre la posibilidad de considerar a la ciudad
como una entidad tecnológica mayor, conformada por múltiples componentes
tecnológicos a su vez, que precisamente se organiza para resolver y
compatibilizar los múltiples conflictos, procesos, y usos que las sociedades
desarrollan en ellas.
Tomando, por tanto, la ciudad como entidad tecnológica objeto
de análisis, detengámonos a considerar el concepto de tecnología en sí mismo,
tan a menudo difuso y aceptado como un sobrentendido. Ortega y Gasset definía
la tecnología como la «racionalización de los procesos (humanos) encaminada a
obtener un fin». Esta definición implica que para la existencia de la
tecnología deben existir unos fines preconcebidos, y unos medios
racionalizados. Por ejemplo, para el propio Ortega, el hombre cazador y
recolector, que busca alimentarse, no maneja tecnología o usa una muy débil. En
la medida en que conceptualiza sus fines, y los racionaliza a través de la
agricultura y ganadería, aplica procesos tecnológicos.
Lewis Mumford (1932) a su vez establece otro sustantivo
matiz al distinguir entre los conceptos de «herramienta” y «máquina».
Distinción, que marca un paréntesis significativo en la forma de hacer de las
diferentes civilizaciones. La herramienta es algo que permite ser manipulado
por la mano humana; no trabaja con la precisión, ni compromete fines
prestablecidos; puede alterar el medio (natural) pero su obra está sometida,
por último, a los procesos de orden mayor de ese medio. Promueve la adaptación,
más que la transformación. Trabaja en procesos de ensayo y error sometidos a la
casualidad, etc.
La máquina, en la concepción de Mumford, nace del
descubrimiento de leyes científicas que luego son aplicadas a entornos
controlados para obtener fines prestablecidos; de la lectura de «Técnica y
Civilización», podemos sistematizar los procesos con que opera esta máquina
tecnológica: (1) existe en función de un sistema pretecnológico del que extrae
materia y energía. (2) Busca a priori una finalidad. (3) Para obtenerla,
necesita prever con exactitud, por tanto establecer leyes que se cumplan para
obtener siempre el mismo fin. (4) Consiguientemente, necesita aislar los
ámbitos del proceso, para evitar la aleatoriedad.
Mumford vislumbraba así el paso de la ciudad preindustrial a
la post industrial, o maquinal, como un cambio de concepto en el modo de
organización, en su propia coherencia interna, es decir, un cambio de esencia
que la convierte en «otra cosa».
Sobre la ciudad de Temuco: procesos recientes asimilables a
procesos tecnológicos
Temuco es una ciudad fundada en el siglo XIX, durante la
llamada Pacificación de la Araucanía, como parte del proceso de creación de una
capital para la nueva región que se integraba en el sur de Chile. Para su
ubicación se escogió un punto situado entre dos cerros sagrados para los
mapuches pehuenches del área, el Ñielol y el Conunhuenu, y a la ribera del río
Cautín. El enclave lo atravesaba la ancestral ruta del sur, actual carretera
Panamericana que aún divide la ciudad. La tipología en origen seguía el modelo
colonial español: una plaza de armas albergando las instituciones principales,
y una cuadrícula que se extendía a
partir de este punto, en los diversos barrios residenciales.
A principios del s. XX llega el ferrocarril, y la estación,
al noreste de la plaza, se convierte en un nuevo polo urbano, que articula en
su entorno por ejemplo la feria o mercado tradicional de los productos que se
traían para vender desde el campo. A raíz de los procesos de mecanización y
capitalización de la agricultura, la ciudad pasa a ser área de recepción de
población rural que ha quedado consecuentemente desempleada. Este hecho,
conjuntamente con la difusión del uso del vehículo particular, explican en gran
medida el boom de crecimiento extensivo de la ciudad (Boisier, 1998).
Asimilación de los principales procesos urbanos a sus correspondencias tecnológicas
Estos procesos nos sitúan en los años recientes; en los
últimos treinta años, siguiendo con las líneas planteadas, se ha mantenido la
dinámica de crecimiento expansivo apoyado en el automóvil; se han ido
implementado infraestructuras básicas (agua, alcantarillado, electricidad) en
más áreas, y se consolidan las superficies especializadas: malls;
universidades; Casino «Dreams», supermercados, etc.; la planificación normativa
urbanística, que fomente la compacidad urbana y en interés del espacio público,
ha sido especialmente débil. A raíz de todo esto se producen nuevos fenómenos,
de menor escala y derivados de los anteriores:
- Aumenta la distancia de los desplazamientos, lo que motiva
la implementación de sistemas de transporte colectivo.
- El espacio público se degrada. El centro pierde fuerza como
lugar de concentración. Las plazas, jardines, bulevares, son escasamente
visitados.
- Existe una cultura del coche como medio de desplazamiento. Ciertos
clichés lo explicitan: los vehículos al doblar no respetan al peatón. Las
aceras se separan con vallas.
- «Desvanecimiento» de
las fachadas urbanas en el centro, en un proceso de degradación, en que sirven
como mero soporte para anuncios.
- Proceso de terciarización comercial del centro y expulsión
paulatina de los residentes. Especialización de otra parte del centro en
servicios y administración.
- Procesos de «condominización» periférica: urbanizaciones sin
continuidad urbana, conectadas a las vías de tránsito principales. «Condominización»
en altura: edificios de apartamentos que surgen con modelos parecidos: un único
acceso en vehículo particular.
- «Cierre» de los perímetros urbanos. Los condominios se
aíslan de su entorno. La ciudad se cierra en sí misma y se conecta en red.
- Formación de una sociedad de aluvión que habita barriadas
desconectadas del sistema general de redes, viviendo de una economía informal. Subsiste
aquí el negocio de barrio, a veces
instalado en la misma vivienda.
- La calle «es para los pobres». Se identifica el caminar con las clases bajas.
- Los barrios populares mantienen una estructura de
asociaciones vecinales, comunidades religiosas, etc.; en los más ricos,
desaparece la relación «entre vecinos».
Los procesos mencionados, finalmente, se pueden sistematizar
en dos grandes dinámicas atingentes a lo que, en palabras de Mumford, implica
un proceso tecnológico:
- Los entornos para las actividades se hacen monofuncionales:
residencias; oficinas; universidades, hospitales; industrias, comercio en los
malls, o el centro; son ámbitos cerrados en sí mismos y conectados a las redes
de tránsito.
- El medio de transporte estándar es mecanizado. Las vías para
la movilidad son rápidas, especializadas, en las que el peatón es una entidad
extraña. El peatón idealmente sólo caminaría en el interior de las zonas o
recintos especializados.
La degradación del espacio público es finalmente achacable
al hecho de tratarse de un área de mezcla, aleatoria, poco controlable. Son, en
cambio, las redes de comunicación y las áreas especializadas en usos las que
caracterizan progresivamente la ciudad.
Conclusiones: modelización de los efectos de la «tecnologización»
urbana en Temuco
En conclusión, el análisis permite la construcción de un
modelo de tipo tendencial al que se dirige la ciudad en tanto que ente
tecnológico, compuesto por los siguientes elementos:
- Entornos convencionales cerrados y especializados para el
desarrollo de las actividades: residencial, administración y servicios,
comercio, ocio, educación…
- Redes de comunicación (y de suministros o evacuación),
igualmente aisladas del medio, que constituyen la estructura o columna
vertebral del sistema.
- Como conexión entre redes y áreas, los nodos de acceso y
desembarco: paradas de bus, estaciones de bus o tren, nodos de acceso a
autopistas urbanas, vías de servicio.
Desde el punto de vista del peatón, en resumen, la ciudad
aparece ahora fragmentada, discontinua, repleta de barreras y trabas; en
realidad la estructura urbana descansa en un haz de redes y entornos, lo que ha
volatilizado en buena medida la continuidad espacial de antaño, imponiendo sus
reglas al usuario de la ciudad, que debe estar plenamente integrado, o bien
vivir en marginalidad, apegado a su vieja relación con el territorio. La
sociedad plenamente incorporada a esta ciudad tecnológica no percibe las
discontinuidades que alberga, pues la encuentra, interiormente, perfectamente
articulada. Mientras, la continuidad espacial física, real, histórica de la
ciudad ha quedado volatilizada en la ciudad tecnológica, condenada a la
dicotomía de un «dentro y fuera» que parece imponer sobre el territorio y la
propia sociedad.
Mas información:
- MUMFORD, L. Técnica y Civilización. Editorial Gustavo Gili,
Barcelona, 1980.
- ORTEGA Y GASSET, J., Meditación de la Técnica, Lecciones.
Espasa Calpe, Madrid, 1965.
- ASCHER, F. Los Nuevos Principios del Urbanismo. Alianza
Editorial, Madrid, 2004.
- BOISIER, S.; Procesos de urbanización y suburbanización
recientes en el sur de Chile. Ministerio de Educación y Cultura. Santiago de
Chile, 1992.
- Dirección de Planificación, Municipalidad de Temuco, Antecedentes
históricos de la comuna de Temuco, Municipalidad de Temuco, 2008.
Miguel Gómez Villarino es arquitecto en el Laboratorio de
Planificación Territorial de la Universidad Católica de Temuco. Ha realizado
trabajos de planificación y proyectos en España y Latinoamérica, y publicado en
temas de paisaje, urbanismo y proyectos en Ciudad y Territorio, La Ciudad Viva,
Ecodiseño y Sostenibilidad, Ciudad Sostenible, etc. Participa actualmente en el
proyecto de investigación Custodia Urbana Madrid, para la Fundación Telefónica.
Créditos de imágenes:
Imagen 01: Ciudad y tecnología en Latinoamérica (fuente: autor)
Imagen 02: Esquema de estructura de redes y nodos característico de
una ciudad contemporánea y esquema de un circuito
integrado, morfológicamente análogo. (fuente: autor)
Imagen 03: Plano del centro histórico, con la Estación de
ferrocarril. Imagen de época
Imagen 04: Estudio del
crecimiento urbano: Municipalidad de Temuco, años: 1943, 1975, 1992 (fuente: Dirección de Planificación, Municipalidad de Temuco)
Imagen 05: Paseo de Balmaceda histórico y en la actualidad.
Degradación del espacio público (fuente: Google Maps)
Imagen 06: Calle Bulnes antiguamente y en la actualidad. Desmaterialización
de las fachadas (fuente: Google Maps)
Imagen 07: Condominios “verticales”, en el centro (fuente: Google Maps)
Imagen 08: Condominios “horizontales”,
propios del extrarradio (fuente: Google Maps)
Imagen 09: Esquema explicativo general (fuente: autor)
Revista Arquitectura
Ciudad y tecnología en Latinoamérica. El caso de Temuco, Chile.
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