Revista Historia
Seamos sinceros, puede que nos preocupe lo que sucede en Venezuela, o mejor dicho lo que nos dicen que pasa, pero seguro que mucho más nos preocupa lo que está pasando en España y sin necesidad de que nos lo cuenten. Nos dicen que allí hay miembros de la oposición encarcelados por el solo hecho de serlo, sin embargo aquí en España los juzgados están desbordados por casos de corrupción y no precisamente por asuntos politicos, unos procesos judiciales que no cesan y que afectan mayoritariamente al partido que gobierna, ya con varios presuntos en las cárceles, partido que ostenta el discutible honor de ser en democracia el primer partido politico español imputado por un juzgado.
No nos engañemos, si los miembros actuales de Podemos en lugar de asesorar al gobierno venezolano, cuando el partido ni siquiera estaba en embrión, lo hubiesen hecho en Laos, a estas alturas los informativos españoles ignorarían el problema venezolano y no dejarían de hablar de la República Democrática Popular Lao y sus carencias democráticas, y hasta nos alertarían de la posibilidad más que real de que nuestra economía virase hacia el monocultivo del arroz y la cría de cerdos. Eso sí, dado que Laos si que es una dictadura, ni Felipe Gonzalez, ni Zapatero ni Rivera habrían tenido ocasión de reunirse con la oposición política tal y como lo han hecho en Venezuela, en Laos no hay oposición, solo hay un partido, el Partido Popular Revolucionario, y no creo que a nuestros insignes emisarios de paz, democracia y prosperidad les hicieran el menor caso, lo más seguro es que ni les dejaran entrar en el país.
Como Rajoy no viaja más allá de Bruselas, en lugar de ir a Venezuela se monta una reunión del Consejo de Seguridad Nacional, el caso es no quedarse atrás en el aprovechamiento electoral del asunto venezolano, y con una cara más dura que el diamante nos justifican dicha reunión por la inmensa preocupación que el ejecutivo tiene por los españoles residentes en Venezuela... y por las empresas españolas que allí hacen negocio. Un Consejo de Seguridad Nacional reunido hoy y compuesto por la vicepresidenta del Gobierno y los ministros de Asuntos Exteriores y Cooperación, Defensa, Interior, Justicia, Economía, Hacienda, Fomento, Industria y Sanidad; así como el director del Gabinete de Presidencia, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el secretario de Estado de Seguridad, el director del servicio secreto CNI y el director del Departamento de Seguridad Nacional, solo ha faltado el "pequeño Nicolas". Una reunión de corta duración en la que la única medida adoptada ha sido autorizar la vuelta a Caracas del embajador español, sacado de allí por Garcia-Margallo el pasado mes de abril. Una salida del embajador español que dice mucho del escaso o nulo interés del gobierno de Rajoy en mantener relaciones diplomáticas con Venezuela y de lo poco que le importan los españoles que allí residen.
González y Zapatero se dieron una vuelta por Caracas, me imagino que para nada, pero al fin y al cabo tanto uno como otro tampoco aspiran a nada en el panorama político español, allá ellos. Sin embargo tanto Rajoy como Rivera están en la labor de conseguir ser presidentes del gobierno de España, están en modo electoral desde el verano de 2015 y están muy preocupados por las muchas posibilidades de no conseguir ocupar Moncloa a causa del previsible ascenso de la colación Podemos-IU-Equo y asociados.
Dado que las demandas judiciales orquestadas contra Podemos por los sectores afines a la derecha han sido una tras otra archivadas por los tribunales de justicia, ahora toca contarle a los españoles que si Podemos se hace con el Gobierno España se convertirá en un país comunista al estilo bolivariano, y para ello Rivera pasa treinta y seis horas en Venezuela, tiempo más que suficiente según Rivera para conocer claramente la situación de un país que ocupa un millón de kilómetros cuadrados y cuenta con más de 44 millones de habitantes. Imagino que Rivera habrá pagado de su bolsillo sus pasajes de avión, a lo demás estaba invitado gratis total por los españoles, en Caracas se alojó en la residencia de la embajada española y contó con un amplio dispositivo de seguridad proporcionado por el Ministerio de Exteriores. Digo yo que no estaría de más que el ministerio le pasase al ciudadano Rivera una correcta minuta por los gastos ocasionados en su particular tourné.
No se que pensaría Rivera de España si se diese una vuelta por nuestras cárceles, todas al completo, por las incontables colas para recoger alimentos, por los asentamientos chabolistas de la periferia de Madrid, por las oficinas de empleo, por los barracones habilitados como colegios, por las urgencias hospitalarias colapsadas, viese las interminables lista de espera para pruebas médicas o quirófanos, caminase por los barrios marginales y por tantos otros escenarios reales y dantescos que como politico deberían avergonzarle. Pero no, prefiere irse a miles de kilómetros para vender lo que no tiene, y además de utilizar electoralmente a Venezuela vuelve a hacerlo con las victimas de ETA con la inestimable colaboración de ese sectario periódico denominado ABC.
En Venezuela pueden suceder muchas cosas, su futuro, lamentablemente, no depende exclusivamente de los venezolanos, pero una cosa si está clara y es que España nunca hará nada por el pueblo venezolano, ni quiere, ni puede, ni está en condiciones de tan siquiera intentarlo, los que mandan en el futuro de Venezuela son otros...como siempre, unos otros no venezolanos a los que el gobierno de España, que no los españoles, apoya y al mismo tiempo utiliza con fines electorales.
Benito Sacaluga.